Voltear hacia Jesús
Ahora el papa Francisco nos señaló a Santa María Magdalena como prototipo de conversión. Siendo pecadora, Jesús la curó con su misericordia y ella cambió radicalmente. La buena noticia es que esa misma misericordia que cambia los corazones es infinita, no se acaba y Dios desea concedérnosla especialmente en este Año Jubilar.
![José Martínez Colín](https://author-service-images-prod-us-east-1.publishing.aws.arc.pub/elimparcial/f4f32d14-9684-4e41-a0ce-877cab890415.png)
1) PARA SABER
“El comienzo es la parte más importante del trabajo”. Esta frase del filósofo Platón, nos hace pensar que si no se empieza algo, jamás llegará a realizarse. Este Año Jubilar ha de ser un nuevo inicio para todos, afirma el papa Francisco, un tiempo donde todo es “replanteado dentro del sueño de Dios”. En eso consiste la “conversión” a la que se nos invita, recomenzar con un cambio de actitud para afrontar el futuro con una esperanza renovada.
Ante cierto escepticismo de poder convertirnos, la Iglesia nos presenta modelos de vida en los santos que ha canonizado. Son un estímulo que nos devuelve la esperanza. Ahora el papa Francisco nos señaló a Santa María Magdalena como prototipo de conversión. Siendo pecadora, Jesús la curó con su misericordia y ella cambió radicalmente. La buena noticia es que esa misma misericordia que cambia los corazones es infinita, no se acaba y Dios desea concedérnosla especialmente en este Año Jubilar. A María Magdalena, la misericordia la recondujo a los sueños de Dios, dice el Papa. Nuestra conversión también nos ha de llevar a ser parte de ese sueño que Dios tiene sobre cada uno de nosotros.
2) PARA PENSAR
Para explicar qué es una conversión, una misionera, Lesslie Newbigin, contaba su experiencia. Sucede que la enviaron a una aldea en la diócesis de Madrás, en la India, a la que no se podía llegar por carretera, sino sólo a través de un río, por el cual se llegaba por el Norte o por el Sur de la aldea. Los miembros de la congregación pensaron que llegaría por la ruta Sur, y prepararon una gran bienvenida: Música, fuegos artificiales, guirnaldas, frutas y silumbum (una interpretación de arte marcial). Pero por desgracia entró a la aldea por el extremo Norte, y sólo encontró algunas cabras y gallinas. Alguien la vio y dio el aviso. Entonces toda la aldea dio un giro de 180 grados para mirar en la dirección opuesta y la vieron aparecer.
Explica Lesslie que esa es la conversión, eso es arrepentirse, el cambio de dirección: “El Reino de Dios se ha acercado, pero no lo podemos ver porque estamos mirando hacia donde no hay que mirar. Lo que creemos que es Dios no es Dios”. Sin la conversión, el Reino de Dios estará totalmente oculto a nosotros. El papa Francisco nos invita a preguntarnos si tenemos realmente el deseo de convertirnos.
3) PARA VIVIR
Cuando San Juan narra en su Evangelio el encuentro de María Magdalena con Jesús resucitado repite varias veces que María “se dio vuelta”. Cuando escucha pronunciar su nombre por Jesús, el Evangelio dice que nuevamente María se dio vuelta y lo reconoció. Fue tal su alegría de verlo vivo a quien creía muerto que cambió su forma de ver las cosas; ahora, aunque mirara el sepulcro, ya no lo hará como antes. Pensemos que a nosotros también el Señor nos llama por nuestro nombre y a nosotros nos corresponde “darnos la vuelta” y reconocerlo. Y con la alegría de reconocerlo vivo, miraremos las acontecimientos y las personas con otra actitud.
Pero un yo demasiado seguro y un yo orgulloso nos impide reconocer a Jesús Resucitado, nos advierte el papa Francisco. Hay que aprender de María Magdalena a voltear con una actitud humildad y abierta a la verdad.