Sueño semiconducido
Agradezco que la Presidenta me lea y se refiera a mis posiciones con respeto, no con insultos como López Obrador, pero en mi artículo nunca me referí a la capacidad de los científicos mexicanos, sino a la creación de una organización gubernamental para producir semiconductores.
![Sergio Sarmiento](https://author-service-images-prod-us-east-1.publishing.aws.arc.pub/elimparcial/281edb7a-0a3a-47e7-9486-dd5c37171fcf.png)
“La industria de los semiconductores es una de las más complicadas del mundo. No es sólo la tecnología, que avanza a pasos vertiginosos, sino los costos y dificultad de montar cadenas de producción”.
En su mañanera de este 7 de febrero, la presidenta Claudia Sheinbaum comentó: “Leí uno de los tantos artículos que hay en contra de lo que decimos, con todo respeto para Sergio Sarmiento, que dice que ‘el desarrollo de los semiconductores no se va a dar por un decreto de la Presidenta, por una orden de arriba, y que solamente muy pocos países en el mundo tienen desarrollo de semiconductores. Los científicos mexicanos, las científicas mexicanas, son de primera y tienen todo el potencial para desarrollar proyectos científicos de primer nivel”.
Agradezco que la Presidenta me lea y se refiera a mis posiciones con respeto, no con insultos como López Obrador, pero en mi artículo nunca me referí a la capacidad de los científicos mexicanos, sino a la creación de una organización gubernamental para producir semiconductores. El proyecto propone primero establecer un centro de diseño de semiconductores, pero después “se incursionará en la fabricación de chips de tipo tradicional para satisfacer la demanda nacional en la industria”.
La industria de los semiconductores es una de las más complicadas del mundo. No es sólo la tecnología, que avanza a pasos vertiginosos, sino los costos y dificultad de montar cadenas de producción. Una planta de semiconductores puede costar unos 10 mil millones de dólares, 250 mil millones de pesos. El presupuesto del Gobierno para ciencia, tecnología e innovación para 2025 es de 33,295.9 millones de pesos (Criterios, 2025), el más bajo desde 2008 (IMCO).
El Gobierno mexicano no tiene buen historial en el manejo de empresas productivas, incluso las más “sencillas”. Si bien López Obrador afirmaba que extraer petróleo “no tiene mucha ciencia, no se requiere tecnología”, no pudo aumentar la producción de Pemex de 1.8 millones a 2 millones de barriles diarios como prometió, sino que la dejó en 1.6 millones. Tanto Pemex como la CFE registraron pérdidas enormes en su sexenio, pese a sus monopolios. También tienen pérdidas Mexicana de Aviación, la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya. Si bien López Obrador gastó 1,500 millones de pesos para “nacionalizar” Exportadora de Sal (ESSA), la mayor salinera del mundo, cuando compró en febrero de 2024 el 49% de la japonesa Mitsubishi, hoy la empresa enfrenta una caída en sus ventas y problemas financieros enormes. AMLO estableció Litiomx en 2022 y se la encargó al joven Pablo Daniel Taddei, de la familia Taddei, uno de los orgullos del nepotismo de México, pero no ha producido más que burocracia.
¿Puede el Gobierno mexicano ser un mejor empresario en los semiconductores? Por lo menos se ha dado cuenta de que el rezago en patentes es un problema. Santiago Nieto, director general del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, señaló el viernes pasado: “México en este momento tiene 84 solicitudes de registro y 28 pendientes en materia de semiconductores presentadas por mexicanas y mexicanos”. ¡Maravilloso! ¿Cuántas tienen quienes serán ahora nuestros competidores? En el año fiscal 2023-2024 se registraron en el mundo 80,892 patentes de semiconductores, 22% más que en el periodo anterior. Las solicitudes en China subieron de 32,840 en 2022-2023 a 46,591 en 2023-2024 (Mathys & Squire). Sólo en Estados Unidos, la sudcoreana Samsung obtuvo 10,043 patentes en 2023; IBM, 4,003; Qualcomm, 3,852; la taiwanesa TSMC, 3,442 (Semiconductor Digest).
Es cierto que hay muy buenos científicos mexicanos, aunque muchos trabajan en el extranjero por falta de oportunidades en nuestro País. Pero ese no es el problema, sino el Estado mexicano, que ha demostrado ser un pésimo empresario.
COBRANZA
No era mala idea. La “cobranza delegada” habría permitido otorgar más créditos de nómina y más baratos al reducir el riesgo de impagos. AMLO, sin embargo, se opuso por razones ideológicas; Sheinbaum lo hace también ahora. El resultado será: Menos créditos de nómina y más caros. Claro que los trabajadores siempre pueden acudir al usurero de la esquina.
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