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Bully en jefe

Donald Trump se regodea en sus redes sociales junto a Elon Musk sobre todo lo que dice que ha logrado en apenas tres semanas. Se siente todopoderoso, un mandamás sin contrapesos.

Genaro  Lozano

Genaro Lozano

Donald Trump se regodea en sus redes sociales junto a Elon Musk sobre todo lo que dice que ha logrado en apenas tres semanas. Se siente todopoderoso, un mandamás sin contrapesos. Bromea en público y en privado que buscará una tercera reelección, a pesar de estar prohibida constitucionalmente, y se prepara ya para las elecciones intermedias de noviembre del 2026. Quiere el control del Congreso y está más disciplinado que en su primer mandato. Su estrategia de Gobierno es la del bully, lo mismo contra los demócratas en su país, que en su relación con el mundo. Ésa es la nueva normalidad. Tenemos a un bully en jefe en la que aún sigue siendo la oficina política más poderosa del mundo.

El bully amenaza. Quiere cosas imposibles. No le importa ni la palabra empeñada ni la historia de su país. Sólo se importa él. Pese a un camino compartido, a sus aliados europeos los ningunea. Pese a la provechosa unión comercial, a sus vecinos y socios norteamericanos los maltrata. Pese a que el rival real es China, le perdona todo. Pese a que su némesis es Rusia, le coquetea. El resto del mundo simplemente no existe o no parece importarle. Salvo Panamá y Groenlandia, por su ánimo colonial. El bully rediseña mapas, viola acuerdos comerciales, saca a su país de tratados multilaterales, cierra oficinas de ayuda y cooperación para el desarrollo. No hay un guión. Es la ocurrencia del día del jefe de la Oficina Oval la que moverá al mundo y los mercados. Su intención es histriónica, quiere que los estadounidenses sientan que el mundo es su traspatio y que ellos son los que dictan la jugada. Trump no reconoce la multipolaridad, quiere un mundo unipolar, en donde sólo EU, sólo el Presidente de EU, mejor dicho, sólo Trump dicte y el mundo siga. La casa gana todo.

La nueva normalidad es la inestabilidad. La nueva normalidad es que EU no es un socio confiable. México y Canadá deberán acostumbrarse a que la revisión del TMEC del 2026 no llegará simplemente porque ahora el tratado se renegociará cada mes. El andamiaje de la certidumbre comercial en Norteamérica está dañado porque Trump necesita mantener la narrativa de que America First. Su objetivo es noviembre del 2026, la elección intermedia que definirá el cierre de su segundo mandato y que le abrirá o cerrará la posibilidad de un tercero. Una reforma que elimine la enmienda 22 o una interpretación de la Suprema Corte que le favorezca y si le sale la jugada gobernar cuatro more years El último en hacerlo fue Franklin Delano Roosevelt (FDR), quien se reeligió cuatro veces debido al momento de crisis en el mundo, desde la Gran Depresión del 29 hasta la Segunda Guerra Mundial, FDR gobernó casi en modo de emergencia y Trump quisiera ese camino. Gobernar por decreto, bajo emergencia, acumulando todo el poder y concentrando las decisiones en el Ejecutivo y, claro, enriqueciéndose en el camino. Él y sus oligarcas favoritos. Es la avaricia de Peña Nieto en esteroides.

¿Qué o quién podrá ponerle un límite a Trump? Es la pregunta que se hace todo mundo. A Nixon fueron los medios que desnudaron su espionaje; A Reagan la torpeza en el Medio Oriente y en Centroamérica; a Bush el cansancio de la guerra y la promesa de Obama. Hoy no se ve en el horizonte qué descarrilaría a Trump, pero la democracia estadounidense siempre ha encontrado el modo y el bully no será la excepción. Ya lo vimos en 2020.

Trump ganó claramente la elección presidencial del 2024, pero realmente con un margen bastante magro. A pesar de que ganó el voto electoral por 312 contra 226, lo cierto es que el voto electoral distorsiona el apoyo real a un mandato presidencial en EU. Realmente el triunfo de Trump sobre Harris fue de apenas 2.3 millones de votos o 1.5 % del voto popular. En cualquier democracia eso es una elección bastante competida. Sin embargo, Trump exagera, dramatiza y dice que es la mayor victoria en la historia. De ahí se vale para deshacer, para concentrar el poder y para gobernar como lo que es: El bully en jefe.

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