2025: ¿Un año terrible para México?
México depende en gran medida de su comercio con Estados Unidos. Más del 80% de las exportaciones nacionales tienen como destino ese país.
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El Banco de México redujo el miércoles pasado su estimación de crecimiento del PIB para 2025 a un preocupante 0.6%. Esta es una señal clara del estancamiento económico que enfrenta el País, a pesar del optimismo que expresan los funcionarios, empezando por la presidenta Claudia Sheinbaum, que manifestó no estar de acuerdo con el banco central. A este escenario se suma la amenaza de Donald Trump de imponer un arancel del 25% a las exportaciones a partir del 4 de marzo.
México depende en gran medida de su comercio con Estados Unidos. Más del 80% de las exportaciones nacionales tienen como destino ese país, lo que significa que el arancel afectará directamente a sectores clave como la industria automotriz, la manufactura y la agricultura.
De cumplir Trump con su amenaza, la economía mexicana podría entrar en recesión, con una contracción del PIB superior al 2%, una depreciación del peso por encima de los 22 por dólar y una inflación que superaría el 5%. La pérdida de empleos sería masiva, de entre 1.4 y 2.2 millones de puestos de trabajo, afectando principalmente a los sectores arriba mencionados.
Además, un alto porcentaje de las 5.5 millones de pequeñas y medianas empresas (pymes), especialmente aquellas que forman parte de las cadenas de suministro de exportación, sufrirán directamente, verán caer sus ingresos y muchas tendrán que cerrar, aumentando así el desempleo y reduciendo aún más el consumo.
Más allá del riesgo externo, la vulnerabilidad económica de México es resultado de una política fiscal que desde hace décadas es deficiente y de un modelo de desarrollo que desde 2018 ha reducido la inversión en infraestructura y sectores estratégicos y transferido cada vez más dinero a los ciudadanos más pobres, algo que indiscutiblemente los ha beneficiado.
El impacto será desigual: Mientras algunos sectores y personas podrán amortiguar la crisis mediante ahorros o inversiones, microempresas y trabajadores con empleos inestables o de baja calificación enfrentarán mayores dificultades para adaptarse.
Quienes puedan deben aumentar el ahorro y destinar al menos el 10% de su ingreso a un fondo de emergencia y diversificar inversiones en Cetes o en instrumentos menos expuestos a la volatilidad del peso. También, es recomendable anticipar compras esenciales, como autos o electrodomésticos, antes de que la inflación se acelere.
La capacitación profesional es clave para mantener la estabilidad laboral: Hay que desarrollar habilidades digitales, aprender inglés y buscar oportunidades en sectores menos afectados por la crisis, como tecnología, salud y energías renovables.
Quienes no tienen los ingresos para ahorrar o la preparación mínima para capacitarse deberán sortear la situación como mejor puedan, buscando ingresos adicionales o arrancando negocios en donde sus habilidades les reditúen una ganancia extra.
Así las cosas, el País deberá enfrentar una doble crisis: Un crecimiento económico insuficiente y la presión externa de Trump.
Si las tendencias actuales se mantienen y los aranceles se concretan en marzo, 2025 podría ser en uno terrible para México. En ausencia de medidas gubernamentales eficaces, la preparación individual será determinante para enfrentar la crisis.
Eduardo Ruiz-Healy
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