Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas | Noticias de México | EL IMPARCIAL /

Los inmigrantes, dolor de cabeza para la derecha y la izquierda

Hoy, el inmigrante ya no cuenta con el prestigio y la aceptación que hace apenas setenta o sesenta años sí tenían.

Jesús Canale

Hoy, el inmigrante ya no cuenta con el prestigio y la aceptación que hace apenas setenta o sesenta años sí tenían. Originalmente -digámoslo así- la tradición de las preferencias de los polos políticos fue en general que el inmigrante fuese rechazado por las mayorías conservadoras y en cambio incluido por las mayorías progresistas. En las últimas décadas el escenario en este asunto ha venido modificándose concretamente porque el progresismo, que tradicionalmente se ha identificado con la izquierda, se ha atrevido a optar en los hechos por rechazar al migrante aunque en el discurso continúa -aunque cada vez menos- reclamando su inclusión pues esto proyecta imagen de solidaridad.

El conservadurismo identificado con el polo político de derecha no ha escondido ni en los hechos ni en el discurso su rechazo al migrante. Pero algo pasa hoy, que es tendencia creciente en Europa y en cierto sentido también en los Estados Unidos, que partidos y votantes más bien identificados con la izquierda están poco a poco desentendiéndose de la aceptación del migrante.

Para ejemplos tenemos lo que ha ocurrido en Alemania en sus más recientes elecciones y lo que está haciendo el gobierno danés en los últimos años. La moderada izquierda alemana (Partido Social Demócrata, PSD) que ha gobernado en los últimos cuatro años recién ha sido derrotada por la alianza de derecha moderada que se llevó la victoria con el 29% de los votos, quedando en segundo sitio el partido Alternativa para Alemania de extrema derecha que se quedó con el 21% de los votos en tanto que solo un 16% fue para el PSD.

El asunto es que en esa contienda electoral hubo dos factores determinantes que estuvieron manifestándose de manera creciente a lo largo del proceso, la inmigración y la economía, de manera muy similar a lo que también ocurrió en los Estados Unidos en proceso electoral del recién pasado año en el que la derecha trumpista arrebató buen de número de votos a la izquierda demócrata con el discurso e imagen de Kamala Harris.

No se hubiera explicado tal traspaso de votos de la izquierda a la derecha sin el discurso conservador que logró cautivar a los otrora demócratas, mediante acusaciones repetidas, de que lo más malo de ese país provenía de la migración no contenida por el gobierno demócrata y progresista al que tantas veces Trump señaló de izquierdista como una acusación.

Pero, a propósito de esto en los Estados Unidos y según su Oficina Nacional de Investigación Económica, cada año la mayor tasa de encarcelamientos -una manera de medir la criminalidad- al menos desde 1960 a 2020 no ha sido de inmigrantes sino de individuos nacidos en ese país, y bueno, la verdad es que Trump también tiene otros datos con los que convenció a millones de electores.

Oro caso es el de Dinamarca pues la primera ministra Mette Frederiksen, cabeza del ala social demócrata, progresista de evidente inclinación a la izquierda, por lo visto detectó los susurros de su pueblo cada vez más inquieto por la creciente inmigración desde las recientes guerras de Siria y Libia y su gobierno decidió imponer notables restricciones y endurecimiento a sus fronteras lo que ha reducido la aceleración de la entrada de migrantes lo que a su vez le ha traído al partido gobernante más votos, sí, pero a Frederiksen también un racimo de críticas de parte de progresistas poniéndole etiquetas como “racista, monstruosa, reaccionaria”, pero ella ha externado que gracias a esa política su partido progresista ha permanecido en el poder y que por una política similar la derecha está ganando elecciones en cualquier parte de Europa.

Me parece que partiendo de estos tres ejemplos que hemos aquí mostrado -Alemania, Estados Unidos y Dinamarca- puede decirse en tres palabras que “votos matan principios”, o también que “el poder vale más que los valores”.

Mientras tanto pobres migrantes, no son de aquí ni son de allá.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí