Los servicios también serán víctimas de Trump
Claudia Sheinbaum repite que, para enfrentar la guerra comercial declarada por EU contra nuestro País y el mundo, tiene planes B, C y D, sin explicar en qué consiste ninguno de ellos.

Faltan sólo nueve días para que entren en vigor los aranceles del 25% a las mercancías que México exporta a Estados Unidos, programados por Donald Trump para el 2 de abril de 2025. Lo más preocupante es que aún no sabemos si ese 25% aplicará sólo a los productos que no cumplen con las reglas de origen del T-MEC o si, como ha insinuado el propio Trump, se impondrá a todos los productos mexicanos sin distinción.
Mientras tanto, la presidenta Claudia Sheinbaum repite que, para enfrentar la guerra comercial declarada por EU contra nuestro País y el mundo, tiene planes B, C y D, sin explicar en qué consiste ninguno de ellos.
Durante el actual debate sobre los aranceles a bienes, pocos mencionan a la víctima silenciosa de esta guerra: El comercio bilateral de servicios entre México y EU. Este año, se estima que EU exportará a México entre 45 y 50 mil millones de dólares en servicios como software, consultoría y servicios financieros, mientras que México exportará entre 46 y 50 mil millones, principalmente en turismo, TI y transporte. Una relación equilibrada, muy distinta al déficit de 171.8 mil millones que EU tuvo con México en bienes durante 2024. Un intercambio que podría superar los 100 mil millones de dólares este año y que recibirá un golpe severo, aunque no esté en la lista negra de los aranceles. Porque Trump está obsesionado con los autos hechos en México, no con los bytes ni los meseros del sector servicios.
Según diversas estimaciones, por estos aranceles el PIB mexicano podría caer entre 0.8% y 1.3%. Eso significará menos dinero en circulación, menos compras de software estadounidense, menos subcontratación de TI mexicana, menos estadounidenses en Cancún y menos mexicanos en Houston.
¿Y el empleo? Una caída de 1.3% del PIB podría traducirse en la pérdida de entre 50,000 y 100,000 empleos en el sector servicios. En México, el turismo emplea a más de 4 millones de personas; una baja de 2 mil millones en ingresos podría eliminar 30,000 puestos. En EU, las exportaciones de servicios a México sostienen 200,000 empleos; entre 10,000 y 20,000 estarían en riesgo si la demanda mexicana cae.
El “nearshoring”, que ha creado más de 100,000 empleos en TI en México, también peligra. ¿Qué empresa abrirá un nuevo centro de desarrollo tecnológico y servicios de TI en Guadalajara si mañana se le ocurre algo más a Trump? Una baja del 10% podría eliminar hasta 15,000 empleos mexicanos y afectar a trabajadores estadounidenses con contratos ligados a México.
El transporte sufriría igual. Menos comercio de bienes significa menos rutas, menos choferes y operadores logísticos. Hasta 10,000 empleos mexicanos podrían esfumarse si el sector cae 20%. Y ni hablar del daño estructural: Pérdida de competitividad, fuga de inversiones y una Norteamérica menos integrada.
La Presidenta ha amenazado a EU con represalias. Tal vez funcionen. Tal vez no. Pero el daño ya empezó. Si no hay una solución diplomática urgente en los próximos nueve días, 100,000 mexicanos que hoy trabajan en el sector servicios podrían perder sus empleos en 2025.
Por ahora, sólo queda esperar que el 2 de abril no marque el principio del fin de una relación que ha sido vital para México. Porque si colapsa el comercio de servicios, el golpe será brutal.
Eduardo Ruiz-Healy
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