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Autodestrucción

Los inversionistas entienden lo que Trump no: Los aranceles tendrán un costo enorme para la economía, los consumidores y las empresas de Estados Unidos y del mundo.

Sergio Sarmiento

JAQUE MATE

No haces grande otra vez a Estados Unidos aumentando los precios a los estadounidenses, que es lo que hace un arancel",

Thomas Sowell.

PUNTA DE MITA, Nayarit.-

Sólo en las dos jornadas siguientes al “día de la liberación” de Donald Trump, el 2 de abril, los mercados bursátiles de Estados Unidos perdieron 6.6 billones (millones de millones) de dólares. Desde el 17 de enero, la última jornada antes de tomar posesión como Presidente, hasta el 4 de abril, las pérdidas acumuladas son de 11.1 billones de dólares (Market Cap, Dow Jones Market Data, MarketWatch). Para que tengamos una idea de lo que esto significa, todo el producto interno bruto de México sumó 1.8 billones de dólares en 2023.

Los inversionistas entienden lo que Trump no: Los aranceles tendrán un costo enorme para la economía, los consumidores y las empresas de Estados Unidos y del mundo. Estamos presenciando el más notable acto de autodestrucción económica de la historia o por lo menos desde la Ley Arancelaria Smoot-Hawley de 1930, uno de los factores de la Gran Depresión de los treinta.

Thomas Sowell, el economista de 94 años de la Hoover Institution, uno de los pensadores más admirados por los conservadores de Estados Unidos, ha expresado que los aranceles de Trump son un “completo desastre”, la repetición de “una decisión ruinosa” que dio lugar a una “historia devastadora”. “Los aranceles de la Smoot-Hawley tuvieron más que ver con el inicio de la gran depresión de los treinta que la caída del mercado de valores. El desempleo no alcanzó cifras de doble dígito en ninguno de los 12 meses que siguieron al colapso de la bolsa de octubre de 1929, pero llegó al doble dígito seis meses después de la aprobación de la Smoot-Hawley y se mantuvo en ese nivel por una década. Cuando inicias una guerra comercial, como cualquier otra guerra, nunca sabes dónde va a terminar”.

Trump no lo comprende. Este 4 de abril, cuando se dio a conocer la creación de 288 mil nuevos empleos en marzo en Estados Unidos, celebró en Truth Social: “Grandioso número de empleos, mucho mejor de lo que se esperaba. Ya está funcionando. ¡¡¡Manténganse firmes, no podemos perder!!!”. Pero los aranceles del 2 de abril no produjeron el aumento de empleos de marzo. Si acaso, la cifra comprobó que la economía de Joe Biden, que Trump descalificó como un “desastre”, todavía mostraba vigor.

Trump ha pretendido corregir ese inexistente desastre con una repetición del brutal error arancelario del 7 de junio de 1930. Los resultados no tienen por qué ser distintos ahora. Una guerra comercial reduce los intercambios, la actividad económica y la prosperidad. Las perspectivas de crecimiento para 2025, bastante saludables hasta hace unos días, se han vuelto negativas. Si antes la mayoría de los economistas consideraba que la economía estadounidense se expandiría más de 2% en 2025, hoy prevalece el pesimismo. J.P. Morgan, un banco de inversión, ha calculado que el riesgo de una recesión global ha aumentado a 60% por las “políticas disruptivas de Estados Unidos”.

David Kelly, estratega de J.P. Morgan, ha ironizado: “El problema con los aranceles es que elevan los precios, detienen el crecimiento económico, recortan las utilidades, incrementan el desempleo, elevan la desigualdad, disminuyen la productividad y aumentan las tensiones mundiales. Fuera de eso, están bien”. Pero a Trump no le preocupa. El viernes pasado, en medio del derrumbe bursátil, mandó un mensaje desde Mar-a-Lago, su club privado en Palm Beach, Florida: “¡¡¡Este es un gran momento para hacerse rico, más rico que antes!!!”. Allí asistió al torneo de golf del circuito LIV fundado por el fondo de inversión de Arabia Saudita. Quizá él se enriquecerá con sus amigos saudíes, para el resto de los estadounidenses y del mundo empieza un periodo de incertidumbre y de empobrecimiento.

Daños

Otro Presidente que gobernó con ocurrencias fue López Obrador. Semarnat reconoce ahora que hubo daños ambientales en la construcción del Tren Maya y que habrá que subsanarlos. Pero quizás es demasiado tarde.

Sergio Sarmiento

www.sergiosarmiento.com