Un gran artista mexicano desconocido en su país
Pancho tiene obras de gran formato, algunas que corren a lo largo del frente de todo el edificio como el mural en cerámica de la fachada del Hotel Sintra, en Macao...

Hacia las 9:00 de la mañana del pasado domingo recibí de Anna Liang, desde Tapei, Taiwán, compañera de Francisco Borboa Valenzuela, Pancho, el siguiente mensaje: “Queridos amigos: El 6 de abril, a las 00:58, el Señor Jesús llevó a nuestro amado Pancho a la Casa del Padre. Ya está libre de todo sufrimiento y muy feliz con Jesús y todos sus amigos”.
El próximo 23 de julio Pancho hubiera cumplido 102 años. A lo largo de su vida artística pintó 187 murales en 51 ciudades de doce países. Ningún artista mexicano ha hecho esto y muy probablemente tampoco ningún otro en el mundo. En México muy pocos saben de él y de su trabajo por el mundo.
Pancho, de familia sinaloense nació en 1923 y se crió en Los Mochis, Sinaloa. En 1943 ingresa al noviciado de la Compañía de Jesús en Santiago Tianguistenco, Estado de México. En 1948, cuando tiene 25 años, sus superiores lo destinan a China y ese mismo año viaja a Beijing para empezar a estudiar chino todavía antes de que Mao Zedong se haga del poder.
En 1950, después del triunfo de la Revolución y la creación de la República Socialista Popular de China, los estudiantes jesuitas abandonan China. Por barco van Hong Kong y luego a Manila. Ahí, cursa filosofía y en 1953, al término de esta es enviado como profesor al Ateneo de Cagayán, en Oro City, en la isla de Mindanao en Filipinas.
Al terminar el magisterio inicia la teología y en 1957 se ordena sacerdote. En 1958, realiza la etapa que los jesuitas llaman la tercera probación, en Hiroshima, Japón. En 1960 se le destina a Taichung, en Taiwán, donde trabaja en la editorial Kuang Chi Press de los jesuitas. Entre otras cosas ilustra publicaciones.
En 1962, a los 39 años, Pancho deja la Compañía de Jesús en la que había pasado 19 años. Se traslada a Hong Kong. Ese año se casa con la china Anna Liang, que fue su compañera por 53 años y también su colaboradora en el trabajo.
La obra mural está en China, Taiwán, Hong Kong, Macao, Japón, Brunei, Malasia, Filipinas, Australia, España y México. Se encuentra en hoteles, restaurantes, cafés, edificios de oficinas, edificios de departamentos, hospitales, universidades, escuelas, jardín de niños, internados, centros de atención social y clubs sociales.
Y también en seminarios, casas de congregaciones religiosas, mezquitas, iglesias, capillas, templos evangélicos, casas de ejercicios, centros de espiritualidad, jardines, reformatorios, asilos, orfanatos, funerarias, cementerios, albercas y casas particulares.
Pancho tiene obras de gran formato, algunas que corren a lo largo del frente de todo el edificio como el mural en cerámica de la fachada del Hotel Sintra, en Macao, que tiene 42.0 metros por 7.0 metros, y la fachada de la Mezquita Nacional de Kuala Lampur, Malasia, un mosaico de 20.0 metros por 1.50 metros.
Pancho y yo tenemos en común haber sido jesuitas, que seguimos siendo creyentes y que nos gusta e interesa el arte. En 2013 entramos en contacto a través del correo electrónico, alguna vez hablamos por teléfono. A partir de entonces por esa vía y el WhatsApp él, Anna y yo hemos mantenido una frecuente y estrecha comunicación.
En 2016 se publicó en México la autobiografía de Pancho, Los caminos del viento. La vida de un misionero jesuita y en 2024 Francisco Borboa Valenzuela. Artista y muralista mexicano, que recoge su obra. Era un buen hombre. Me duele su partida. Lo voy a extrañar. Queda su vida y su obra que debería ser conocida en México.
Rubén Aguilar Valenzuela
@RubenAguilar
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