Hermanos todos
En este espacio tomaré apenas unas cuantas expresiones que en legado escrito dejaron al mundo los últimos seis papas

“Fratelli tutti” (“hermanos todos”) expresión que de San Francisco de Asís con frecuencia tomaba el papa Francisco pues el santo solía referir con esas palabras a quienes, cerca o lejos de él, percibía como sus seres muy queridos.
En este espacio tomaré apenas unas cuantas expresiones que en legado escrito dejaron al mundo los últimos seis papas y que nos servirán para dar cuenta de la fraternidad que también entre ellos habría existido aun siendo lejanos unos de otros tanto en el lugar como en el tiempo.
Francisco, en Fratelli tutti, su encíclica sobre la fraternidad y la amistad social, (2020) señaló: “Pero la historia da muestras de estar volviendo atrás.
Se encienden conflictos anacrónicos que se consideraban superados, resurgen nacionalismos cerrados, exasperados, resentidos y agresivos”, y allí mismo “no se considera ya a las personas como un valor primario que hay que respetar y amparar, especialmente si son pobres o discapacitadas, si ‘todavía no son útiles’ -como los no nacidos-, o si ‘ya no sirven’ -como los ancianos” y más adelante dice “la falta de hijos, que provoca un envejecimiento de las poblaciones, junto con el abandono de los ancianos a una dolorosa soledad, es un modo sutil de expresar….que sólo cuentan nuestros intereses individuales”.
Benedicto XVI en su primera encíclica, Deus caritas est (Dios es amor, 2005), que abrió diciendo “El amor -«caritas»- es una fuerza extraordinaria, que mueve a las personas a comprometerse con valentía y generosidad en el campo de la justicia y de la paz”.
Y en Caritas in veritate (caridad en la verdad, 2009) sobre el desarrollo humano, apuntó: “Se necesitan unos ojos nuevos y un corazón nuevo, que superen la visión materialista de los acontecimientos humanos…” San Juan Pablo II, en su periodo papal de 27 años y con una larga serie de documentos, escribió en Laborem exercens (haciendo el trabajo, 1981):
“En la época moderna, desde el comienzo de la era industrial, la verdad cristiana sobre el trabajo debía contraponerse a las diversas corrientes del pensamiento materialista y «economicista»”; después en Evangelium vitae, (el evangelio de la vida, 1995) sobre el carácter inviolable de la vida humana dijo: “Hoy este anuncio es particularmente urgente ante la impresionante multiplicación y agudización de las amenazas a la vida de las personas y de los pueblos, especialmente cuando ésta es débil e indefensa,” y en 1998, en Fides et ratio (fe y razón), apuntó: “La fe y la razón son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad”.
Juan Pablo I, cuyo papado fue de apenas 28 días, en su homilía de toma de posesión de la Basílica de San Juan de Letrán apenas cinco días antes de morir, manifestó: “Roma será una auténtica comunidad cristiana si Dios es honrado no sólo con la afluencia de los fieles a las iglesias… sino también con el amor a los pobres…ellos son los verdaderos tesoros de la Iglesia”.
San Paulo VI publicó la encíclica Populorum progressio (El desarrollo de los pueblos) en 1967 la cual comenzó con estos renglones: “El desarrollo de los pueblos y muy especialmente el de aquellos que se esfuerzan por escapar del hambre, de la miseria, de las enfermedades endémicas, de la ignorancia…” con una reflexión sobre el desvío actual del verdadero progreso de las naciones.
Al año siguiente publicó Humanae vitae (La vida humana) sobre la transmisión de la vida y la regulación de la natalidad, con notable claridad y valentía dadas las condiciones sociales y mediáticas del momento. San Juan XXIII escribió en Pacem in terris (Paz en la tierra, 1963) un decidido llamado a reflexionar sobre la paz, destacando que “la paz no puede darse en la sociedad humana si primero no se da en el interior de cada hombre”.
Efectivamente, la continuidad de los mensajes necesarios para nuestra época es notable entre estos últimos seis papas. No sin explicación nuestras generaciones hemos vivido la distinción de haber tenido papas santos: Tres de ellos han sido canonizados por sus sucesores.
Los orígenes, biografías, estilos y preferencias menores de estos seis papas han sido lógicamente diversas entre sí, expresión de soltura y libertad personal, pero invariablemente conservando todos su celo por el cuidado del pueblo cristiano y del mundo en general.
La imagen adjunta -ciertamente objeto de instrumentación artificialretrata muy gráficamente la fraternidad en la que hoy conviven y de seguro seguirán muy atentos desde allá muy alto a seguir gestionando lo que puedan por nosotros.
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