Entre canchas y diamantes
Los amantes del beisbol tienen como principales características la paciencia y dedicación, algunos le suman la inteligencia a los requisitos para comprender ese "librito" de reglas escritas y no escritas que le dan una mística especial que no tiene ningún otro deporte.
Los aficionados del futbol confiesan que la simpleza del juego es su mayor belleza, diferentes estrategias y reglas claras con un solo fin: Meter el balón entre los tres palos y estallar con el grito de gol.
Es precisamente esa simpleza la que engancha a cualquiera a entrarle a una "reta" armada en el campito de la escuela durante el recreo, en la canchita de la colonia o simplemente en la calle donde cualquier objeto es útil para simular una portería, después de todo es más sencillo tener un balón que juntar guantes, bats y pelotas y encontrar un "diamante" donde divertirse sin temor a quebrar un vidrio o a perder la pelota.
Según datos del Instituto del Deporte de Hermosillo (IDH) existen 113 canchas de futbol públicas, 50 de ellas en la modalidad de futbol 7 con pasto sintético.
Para los que desean practicar beisbol, se contabilizan 130 campos en 29 ubicaciones, incluyendo la zona rural del Municipio, aunque al menos 20 de ellos, los que se encuentran ubicados en el Deportivo Los Arroyos, junto a la pista de aterrizaje del aeropuerto, tienen más de un año abandonados debido a que las condiciones del terreno impiden la práctica del deporte.
A cuentas simples, podría pensarse que la capital sonorense tiene más áreas dedicadas a la práctica del beisbol, pero si le sumamos las 229 canchas multifuncionales de cemento para basquetbol, volibol y futbol esparcidas por todo el Municipio en realidad existen 342 espacios donde se puede "patear" el balón.
Pero el mayor problema para la generación de nuevos peloteros en las ligas infantiles quizá no es el número de campos, sino la ubicación de los mismos.
"Hacen falta unidades para el beisbol, en beisbol hay unas 10 ligas (infantiles) y esas 10 ligas están fuera de la ciudad. Tienes que recorrer 10-15 kilómetros para que un niño disfrute el beisbol, en cambio campos de futbol tenemos aquí en la ciudad 350 o más", opina el ex dirigente de la Asociación Estatal de Beisbol de Sonora (Aebes) y entrenador de beisbol infantil por más de 40 años Sergio Valencia.
Campos alejados
Una de las últimas ligas que tuvo sus campos en una ubicación "céntrica" fue la Unison, pero hace 10 años se mudarontras la construcción de la Unidad Deportiva que hoy se encuentra en "La Milla". Los Buhitos tuvieron que "volar" a 12 kilómetros de distancia para seguir jugando.
"Hay suficientes campos, pero la mayoría están retirados de la ciudad. Por ejemplo, los campos de nosotros están en la carretera a Kino como en el kilómetro 10, hay niños que viven muy lejos, en las esquinas de cada colonia. Tenemos niños de la Nuevo Hermosillo, del Morelos, que día con día salen 40 minutos antes de su casa para llegar a tiempo al entrenamiento", considera Alejandro Bloch, entrenador de la Liga Unison, quien relata han tenido que utilizar diferentes estrategias para que la distancia no se convierta en un impedimento.
"Los papás hacen rondines, antes había un camión, pero por falta de recursos ya no se usa, esa era una muy buena opción. Cada quien pagaba una cuota a la semana".
Martín Olvera, de 11 años de edad, heredó de su familia el gusto por el beisbol y no se pierde los juegos de los Medias Rojas de Boston donde juega su ídolo Dustin Pedroia.
El peloterito que se desempeña como tercera base en la Liga Unison vive por el bulevar Morelos final, al Noreste de la ciudad. Entrena tres veces a la semana y para ello tiene que recorrer alrededor de 20 kilómetros.
"Entreno atrás detrás del aeropuerto, hago media hora normalmente y cuando hay tráfico hasta una hora", dice relajado Martín, quien no pierde el ánimo gracias al empuje de sus padres y su amor por este deporte que lo tienen en la selección de su liga.
Para el director técnico de la filial de Cimarrones de Sonora en Segunda División Premier, Enrique Ferreira Ramírez, ya es normal que los espacios para la práctica del deporte se vayan alejando con el crecimiento de la ciudad.
"La ciudad crece y entre más crece los campos quedan en la periferia porque son los espacios en donde se pueden ubicar las canchas", dice el estratega, aunque reconoce que al menos los campos de futbol están en mejores condiciones que años atrás.
"Hay campos en condiciones mejores que hace años, pero ahora se han preocupado porque esto vaya mejorando, nunca van a ser suficientes porque entre más canchas existan más posibilidades existen de hacer deporte".
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