Insultos a ampayers son parte de la cultura mexicana
Humberto Manuel Saiz Gálvez jugaba futbol cada fin de semana y tenía que pasar por un campo de beisbol para ir a la nevería religiosamente después del juego, cuando un día a sus 15 años un amigo de su papá le pidió de favor que arbitrara un juego de softbol y en recompensa le daría dinero para sus nieves.
Proveniente de familia de ampayers, el "Lobito" Saiz, decidió su camino y encontró su vida en el beisbol. Después de 24 años de ampayer en la Liga Mexicana del Pacífico, 23 finales, 20 series del Caribe, actualmente se desempeña en la Liga Mexicana de Beisbol y en los medios de comunicación.
Humberto Saiz acepta que la gente paga por ir a ver un juego, mismo del que su profesión forma parte, y su rol no es para agradar, dijo que sólo intenta quedar bien con él mismo, pero siempre piensa en que lo están viendo.
"Eso es cultura, nuestro País es muy extenso, ellos son los que pagan el boleto, y si su cultura les da permiso de ofender, de agredir, verbal o físicamente a una autoridad ya no está en las manos de uno.
"Eso es educación y se respeta, nosotros somos profesionales pero en la república, el papá insulta a equis con el hijo a un lado, al rato el hijo grita, y el papá también se ríe, tenemos distintas culturas", consideró.
A nivel profesional las agresiones físicas no son una realidad, porque existen duras sanciones para los beisbolistas que lo hagan. Sin sueldo un año, suspensiones de por vida, entre otras.
"En amateur son personas que no cobran, que lo hacen de corazón, por amor. Nosotros los profesionales por eso muchas veces no queremos trabajar ese tipo de juegos, porque ellos esperan todo una semana para jugar, y lo juegan con el corazón y las agallas, y el beisbol primero que nada es con la cabeza", comentó.
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