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¿Tan bueno era? Esta es la trayectoria de Javier Aguirre como jugador

Tenacidad y liderazgo, el legado de 14 años de Javier ‘Vasco’ Aguirre como jugador.

¿Tan bueno era? Esta es la trayectoria de Javier Aguirre como jugador

Javier Aguirre es un nombre que resuena en el futbol mexicano principalmente por su destacada carrera como director técnico. Sin embargo, su historia en el balompié comenzó dentro del terreno de juego, donde fue un jugador que marcó su propia huella antes de dar el salto a los banquillos. Con una carrera que abarcó la década de los 70 y 80, Aguirre no solo demostró su capacidad como mediocampista, sino que también se consolidó como un elemento clave tanto a nivel de clubes como en la selección nacional.

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Los primeros pasos en el Atlante

Javier Aguirre nació el 1 de diciembre de 1958 en la Ciudad de México y desde joven mostró un gran talento para el futbol. Su carrera profesional comenzó en 1979 con el Atlante, un club que en ese momento no atravesaba su mejor época, pero que le dio la oportunidad de debutar en la Primera División. Durante sus primeros años con los Potros, Aguirre se destacó por su tenacidad y entrega en el medio campo, características que lo convirtieron rápidamente en un titular indiscutible.

El salto a la relevancia en el Club América

En 1984, tras demostrar su valía con Atlante, Aguirre fue fichado por el Club América, uno de los equipos más importantes y mediáticos de México. Su llegada a las Águilas significó un gran salto en su carrera, ya que América estaba en pleno auge, compitiendo por títulos nacionales e internacionales. Aguirre jugó con el club hasta 1987, donde fue parte de un plantel que se coronó campeón de la Liga en la temporada 1984-1985. Su presencia en el medio campo fue fundamental para que el equipo mantuviera un equilibrio defensivo y ofensivo, contribuyendo tanto en labores de recuperación como en la creación de juego.

La aventura en el futbol español

Aguirre no solo se limitó a dejar su marca en el futbol mexicano. En 1986, después de una destacada participación en la Copa del Mundo de México, fue contratado por el Osasuna, un modesto club de la Liga Española. Su etapa en España no fue larga, pero sí significativa. Durante dos temporadas, se consolidó como un jugador importante para el equipo navarro, donde su estilo de juego, basado en la garra y el sacrificio, fue bien recibido por la afición. A pesar de que Osasuna no era un club protagonista en España, Aguirre logró destacar en una liga competitiva y exigente, lo que le dio una mayor proyección internacional.

El regreso y retiro en Chivas

En 1987, Javier Aguirre regresó a México para unirse a las Chivas de Guadalajara, otro de los equipos importantes de México. Aunque su paso por el equipo fue relativamente breve, solo jugó dos temporadas, fue suficiente para que consolidara su legado en el futbol mexicano. En Chivas, Aguirre aportó su experiencia y liderazgo en un equipo joven, contribuyendo a su desarrollo y estabilidad en el medio campo. Finalmente, en 1993, decidió colgar los botines y poner fin a su carrera como jugador, tras haber disputado su último partido con las Chivas.

La selección nacional: Mundialista en casa

Aguirre tuvo el honor de representar a México en diversas ocasiones, siendo la más destacada su participación en la Copa del Mundo de 1986, celebrada en el país. Bajo la dirección de Bora Milutinović, Aguirre fue un jugador clave en el mediocampo del equipo que alcanzó los cuartos de final, igualando el mejor resultado de México en una Copa del Mundo. Su desempeño en ese torneo le permitió ganarse el reconocimiento no solo a nivel nacional, sino también internacional, lo que a su vez facilitó su posterior llegada al futbol europeo.

El gol más hermoso de los mundiales

Javier Aguirre tuvo un papel importante en la jugada que culminó en uno de los goles más icónicos en la historia de los Mundiales, la famosa tijera de Manuel Negrete en el Mundial de 1986, celebrado en México. Este gol, marcado en los octavos de final contra Bulgaria, es considerado por la FIFA como el gol más hermoso en la historia de las Copas del Mundo.

Aguirre mostró su visión de juego al conectar con Negrete, con quien inmediatamente hizo una pared. Tras recibir la devolución, Negrete ejecutó de forma magistral una tijera acrobática, enviando el balón al fondo de la red, dejando al portero búlgaro sin oportunidad de reaccionar.

Aunque Aguirre no fue quien anotó el gol, su participación en la construcción de la jugada fue crucial. Su pase preciso permitió a Negrete estar en la posición ideal para realizar su espectacular remate. Este gol no solo significó la ventaja para México en ese partido, sino que también se convirtió en un símbolo del futbol mexicano, recordado por su belleza y por la coordinación entre los jugadores, donde Aguirre tuvo un rol esencial.

La jugada es un ejemplo de cómo Javier Aguirre, incluso sin ser la estrella del equipo, tenía una influencia determinante en momentos clave, demostrando su inteligencia y capacidad para tomar decisiones en el campo que beneficiaran al conjunto.

Un histórico

Aunque es más conocido por su carrera como entrenador, Javier Aguirre dejó una huella significativa como jugador. Su trayectoria, marcada por su paso por clubes históricos como Atlante, América y Chivas, así como su aventura en España y su participación en la selección nacional, lo convierten en una figura respetada y admirada en el futbol mexicano. Su capacidad para imponerse en el medio campo, su liderazgo y su sacrificio en el terreno de juego son elementos que, sin duda, contribuyeron a que se convirtiera en uno de los personajes más importantes en la historia reciente del futbol en México.

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