Dikembe Mutombo, leyenda de la NBA, muere a los 58 años

La comunidad del baloncesto se encuentra de luto tras la triste noticia del fallecimiento de Dikembe Mutombo, el legendario pívot congoleño que dejó una huella imborrable tanto dentro como fuera de las canchas. A los 58 años, Mutombo perdió la batalla contra un cáncer cerebral, según anunció la NBA.

Dikembe Mutombo era simplemente más grande que la vida. En la cancha, fue uno de los mejores bloqueadores de tiros y jugadores defensivos en la historia de la NBA. Fuera de la cancha, puso su corazón y alma en ayudar a los demás”.

—  afirmó el comisionado de la NBA, Adam Silver, en un comunicado.

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Mutombo, seleccionado en cuarta posición del Draft de 1991 por los Denver Nuggets, se convirtió en una figura icónica de la liga gracias a su imponente presencia bajo los tableros y su característico gesto de señalar con el dedo tras cada bloqueo.

Cada vez que bloqueaba tiros, la gente seguía viniendo y tratando de hacerme daño. Luego solía sacudir la cabeza cada vez que bloqueaba el tiro”, explicó una vez Mutombo. “Entonces dije, a la mier… con esto. Esos tipos no me están escuchando. Tal vez si empiezo a señalarlos con el dedo”.

Más allá de sus logros deportivos, que incluyen cuatro premios al mejor defensor de la liga y ocho participaciones en el Juego de las Estrellas, Mutombo destacó por su incansable labor humanitaria.

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Creó la Fundación Dikembe Mutombo en 1997, con la que construyó un hospital en su país natal, la República Democrática del Congo, y brindó atención médica a cientos de miles de personas.

No había nadie más calificado que Dikembe para servir como el primer Embajador Global de la NBA. Era un humanitario en su esencia”, aseguró Silver.

El comisionado de la NBA resaltó el impacto positivo que Mutombo tuvo en el baloncesto africano y en el mundo entero.

Tuve el privilegio de viajar por el mundo con Dikembe y ver de primera mano cómo su generosidad y compasión elevaban a las personas. Siempre estuvo accesible en los eventos de la NBA a lo largo de los años, con su sonrisa contagiosa, su voz profunda y resonante y su característico movimiento de dedos que lo hicieron querer por los fanáticos del baloncesto de todas las generaciones”.