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¿Por qué están permitidos los pleitos en los juegos de hockey sobre hielo?

Toda una tradición el papel de las peleas en el hockey sobre hielo.

¿Por qué están permitidos los pleitos en los juegos de hockey sobre hielo?

En el hielo, las peleas son más que simples enfrentamientos entre jugadores; son una especie de “válvula de escape” que regula la intensidad del juego y protege la seguridad de los deportistas. Aunque puede sorprender a los aficionados casuales, en la NHL, las peleas han sido parte del código del deporte durante más de un siglo, y su razón de ser va mucho más allá de lo que ocurre en un momento de calor.

Tradición y respeto en el hielo

Las peleas en la NHL no son actos de violencia sin sentido. Este deporte, que combina una velocidad explosiva con un contacto físico intenso, permite a los jugadores enfrentarse directamente en situaciones que consideran injustas o peligrosas. En un juego donde los contactos físicos son constantes y los sticks vuelan a toda velocidad, los jugadores encuentran en las peleas una forma de desahogar tensiones, regular la conducta en el hielo y, de paso, mantener una suerte de respeto mutuo entre rivales.

Enforcers: los guardianes del respeto

En el hockey sobre hielo, existe un rol muy particular: los llamados enforcers. Estos jugadores, conocidos por su fortaleza y su capacidad para enfrentar a los rivales, tienen un papel muy claro dentro de sus equipos. Más allá de contribuir en la anotación o en la defensa, se encargan de proteger a sus compañeros, especialmente a las estrellas del equipo, evitando que los rivales los ataquen o les hagan entradas peligrosas.

El enforcer actúa como una especie de “guardián del respeto” en el hielo. Si un rival intenta lastimar a un jugador clave, el enforcer interviene, ya sea para advertir o, si la situación lo requiere, para iniciar un pleito que envíe un mensaje claro: los juegos sucios no se tolerarán. Este rol ha disminuido con los años a medida que la liga busca reducir las lesiones, pero su legado sigue vigente.

Control de la intensidad y respeto en el juego

El código no escrito del hockey dicta que no se debe golpear a un rival por la espalda, no se debe alzar el stick en dirección a la cabeza y tampoco realizar cargas peligrosas. Sin embargo, en el calor del partido, estas reglas no siempre se cumplen. En esos momentos, los pleitos ayudan a contener las emociones de los jugadores, a veces incluso calmando la tensión en el hielo.

Para los fanáticos más acérrimos de la NHL, estos enfrentamientos también son una parte emocionante del espectáculo. Las peleas suelen servir para cambiar el ánimo del juego, motivar a un equipo en desventaja o incluso darle un impulso de energía cuando las cosas no están saliendo bien.

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Regulaciones y sanciones: un acto controlado

La NHL ha establecido un protocolo claro para regular las peleas. Los jugadores que deciden soltar los guantes deben enfrentar una sanción de cinco minutos en el área de penalización. Este castigo asegura que la pelea tenga consecuencias inmediatas para el jugador y su equipo, sin entorpecer el flujo del juego.

Las peleas no tienen un tiempo estipulado y generalmente continúan hasta que uno de los jugadores cae al hielo o ambos se ven exhaustos. En ese momento, los árbitros intervienen para detener el enfrentamiento. Los oficiales de la NHL están capacitados para reconocer cuándo una pelea puede tornarse peligrosa y actúan rápidamente para separar a los jugadores si el riesgo aumenta.

A pesar de esta permisividad relativa, la liga y los árbitros buscan prevenir que las peleas escalen a niveles peligrosos o se conviertan en un recurso excesivo.

Regulaciones y sanciones: un acto controlado

La NHL ha establecido un protocolo claro para regular las peleas. Los jugadores que deciden soltar los guantes deben enfrentar una sanción de cinco minutos en el área de penalización. Este castigo asegura que la pelea tenga consecuencias inmediatas para el jugador y su equipo, sin entorpecer el flujo del juego.

A pesar de la permisividad relativa, la liga y los árbitros buscan prevenir que las peleas escalen a niveles peligrosos o que se conviertan en un recurso excesivo. Los oficiales intervienen para evitar que una pelea sea desmedida y actúan rápidamente si consideran que los jugadores están en riesgo. Además, la liga ha introducido mayores sanciones en situaciones donde un jugador inicia el pleito con un casco en mano o cuando la pelea se torna excesiva.

El futuro de las peleas en la NHL

Con una liga cada vez más preocupada por la seguridad de sus atletas, las peleas en el hockey sobre hielo han empezado a cuestionarse. Aunque siguen siendo parte del espectáculo, la liga trabaja en una cultura de seguridad para reducir la violencia innecesaria en el juego. Sin embargo, para los fanáticos y los jugadores, estas peleas siguen siendo una parte importante del espíritu competitivo y de la tradición del hockey sobre hielo.

Así, mientras que las peleas en otros deportes se castigan con expulsiones inmediatas, en la NHL continúan siendo una especie de ritual de respeto y control.

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