Yuki Tsunoda detenido en migración: su llegada al GP de Las Vegas estuvo en peligro

El piloto japonés de Fórmula 1, Yuki Tsunoda, vivió un momento inesperado al intentar ingresar a Estados Unidos para participar en el Gran Premio de Las Vegas.

A pesar de visitar el país varias veces al año, Tsunoda fue detenido por las autoridades de migración, lo que casi pone en riesgo su participación en la carrera.

Tsunoda relató lo ocurrido en el aeropuerto, donde estuvo retenido durante horas.

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Por suerte me dejaron entrar después de un par de discusiones”, expresó entre risas, según declaró para RacingNews365.

Bueno, en realidad hubo muchas discusiones, pero sí, casi me envían de vuelta a casa. Pero ya todo está bien, así que estoy aquí ahora”, agregó.

Un problema inesperado para un viajero frecuente

El piloto de 22 años explicó que la situación le resultó extraña, ya que este año había ingresado al país sin problemas en dos ocasiones, para las carreras de Miami y Austin. “No entendí lo que pasó porque inclusive ya entré dos veces este año para estar en las carreras de Fórmula 1 y pude entrar sin problemas", comentó.

Tsunoda detalló que el problema se extendió durante dos o tres horas, tiempo en el que sostuvo una larga conversación con las autoridades.

Me sentí un poco extraño cuando me detuvieron y tuvimos una conversación larga, aunque, por suerte, no duró más de dos o tres horas. No es la primera vez que venimos aquí este año. He oído muchas cosas, pero espero que todo salga bien en el futuro y sin problemas”, afirmó.

Preparativos previos al GP de Las Vegas

A pesar del inconveniente, Tsunoda llegó a tiempo para cumplir con actividades promocionales junto a su colega Max Verstappen. Como parte de estas actividades, tuvo la oportunidad de conducir un IndyCar, sumando una experiencia diferente antes de la competencia.

El incidente con migración quedó atrás, y ahora el piloto se enfoca en su participación en el Gran Premio de Las Vegas, una de las carreras más esperadas del calendario de la Fórmula 1.

Este episodio, aunque incómodo, no impidió que el japonés mantuviera su entusiasmo por competir en el circuito urbano de la ciudad del pecado.