Shohei Ohtani es acusado por su exintérprete, Ippei Mizuhara

El año 2024 ha sido el más glorioso en la carrera de Shohei Ohtani, un verdadero fenómeno del beisbol. El japonés no solo firmó el contrato más grande en la historia del deporte, sino que también alcanzó varios logros históricos, como su su tercer premio MVP, siendo el segundo en la historia en conseguirlo tanto en la Liga Nacional como en la Americana, logró la primera campaña 50/50 de la historia y, por si fuera poco, coronó su temporada con la victoria en la Serie Mundial con los Dodgers de Los Angeles. Sin embargo, el inicio de su año estuvo marcado por una controversia que opacó su meteórico ascenso.

Ohtani se vio envuelto en un escándalo de apuestas ilegales, y en el centro de este drama se encuentra su exintérprete, Ippei Mizuhara, quien ha hecho graves acusaciones en su contra. Mizuhara, en una presentación judicial obtenida por los reporteros de The Athletic Evan Drellich y Sam Blum, acusó al estelar jugador de explotación laboral y de no pagarle lo que consideraba justo por sus servicios.

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En una grabación obtenida por el Departamento de Justicia de EE.UU., se escucha a Mizuhara intentando realizar una transferencia bancaria de 200 mil dólares en nombre de Ohtani, lo que ha profundizado las dudas sobre su relación laboral.

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¡Shohei Ohtani será papá!

Según los documentos presentados en la Corte Central Distrital de California, Mizuhara describió una situación de abuso laboral en la que se sentía como el único miembro del “staff” de Ohtani, a pesar de ser contratado únicamente como intérprete.

El testimonio de Mizuhara señala que trabajaba las 24 horas del día, los 7 días de la semana, realizando tareas que iban más allá de su rol, tales como hacer las compras, conducir a Ohtani, coordinar asuntos personales, ser el intermediario entre los agentes y la familia de Ohtani, e incluso llevar al perro del jugador al veterinario. “Era un servicio integral, sin descanso”, argumentó Mizuhara, quien menciona que solo tenía cuatro días libres al año, dejándole poco tiempo para estar con su familia.

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El exintérprete también expuso que, a pesar de la magnitud de los contratos millonarios de Ohtani (quien firmó un contrato de 700 millones de dólares con los Dodgers), su salario anual era de apenas 11 mil dólares. Según Mizuhara, en medio de la presión laboral y la escasez de recursos, vio en las apuestas ilegales su única vía para escapar de la situación, lo que, al parecer, lo llevó a tomar decisiones que finalmente lo implicaron en el escándalo.

El caso no solo involucra acusaciones de explotación laboral, sino también de fraude bancario y fraude fiscal. Los fiscales han solicitado una indemnización de 17 millones de dólares para Ohtani y un pago de 1.7 millones a Hacienda, aunque reconocen que Mizuhara no está en condiciones de cubrir estos montos.

Además, la Fiscalía ha solicitado una condena de 57 meses de prisión para Mizuhara, quien fue encontrado culpable de fraude bancario e intento de fraude fiscal. En contraste, la defensa ha solicitado solo 18 meses, argumentando que Mizuhara muestra un “profundo arrepentimiento” por sus acciones y su disposición a reparar el daño causado.

El caso de Mizuhara podría tener implicaciones aún mayores para él, ya que, aunque se crió en los Estados Unidos, no es ciudadano estadounidense y podría enfrentar la deportación a Japón, su país natal.