México perdería hasta 9 mil millones de pesos al año por ley de Corridas de Toros sin Violencia

La reciente promulgación de la ley que prohíbe las corridas de toros con violencia en la Ciudad de México está generando gran controversia, no solo por su impacto en el bienestar animal, sino también por sus posibles repercusiones económicas para el sector taurino. Esta reforma, que entró en vigor el miércoles pasado tras su publicación en la Gaceta Oficial, podría acarrear pérdidas de hasta 9,000 millones de pesos al año a nivel nacional, según estimaciones de los empresarios taurinos.

La nueva legislación establece que las corridas de toros deberán celebrarse bajo un formato sin violencia, lo que significa que no se podrá infligir daño alguno a los animales. A partir de ahora, los toreros deberán renunciar al uso de instrumentos tradicionales como el estoque, las banderillas y la puya, y en su lugar solo podrán utilizar el capote y la muleta. De esta manera, la ley busca garantizar que los animales no sufran lesiones ni mueran durante los espectáculos.

Los organizadores de estos eventos deberán enfrentar severas sanciones si se incumplen las nuevas normas. Las multas podrían llegar a ser de entre 2,000 y 3,000 veces la unidad de medida y actualización vigente por cada toro o novillo lesionado o muerto, lo que representa una sanción económica significativa. Además, los toros que participen en los espectáculos deberán ser registrados en el Registro Obligatorio de Edades, y solo aquellos con al menos cuatro años de edad podrán formar parte de estos eventos.

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La respuesta de la comunidad taurina no se ha hecho esperar. Las asociaciones del sector advierten que esta reforma podría poner en riesgo la viabilidad económica de la tauromaquia en México, con pérdidas que podrían ascender a entre 6 mil y 9 mil millones de pesos anuales. Especialmente preocupante es el impacto que la medida tendrá en la Ciudad de México, que representa el centro neurálgico de la industria taurina en el país, generando más de 800 millones de pesos en impuestos anuales.

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Manuel Sescosse, presidente de Tauromaquia Mexicana, señaló que la industria había comenzado a recuperar su dinamismo tras la pandemia, con un crecimiento del 15% respecto a 2019. Además, destacó un cambio generacional en el público asistente, con un 55% de mujeres y un 40% de jóvenes, lo que señala una nueva fase para la tauromaquia, a pesar de las dificultades.

Este paso histórico en favor de los derechos de los animales ha dividido a la sociedad. Si bien la prohibición de las corridas de toros con violencia responde a una creciente preocupación por el trato ético a los animales, también abre un intenso debate sobre el futuro de esta tradición en el país. Mientras los defensores de los derechos de los animales celebran la medida, el sector taurino se siente amenazado por las consecuencias económicas y culturales de la reforma.

En los próximos meses, se espera que la Ciudad de México implemente un reglamento específico para regular los nuevos formatos de los espectáculos taurinos. Sin embargo, la resistencia del sector taurino sigue siendo un tema candente en la agenda pública, mientras los intereses del bienestar animal y los de la industria taurina parecen estar más distantes que nunca.