¡Ya es mexicana! La esposa de Sergio Ramos prueba los famosos dulces picantes de México

Pilar Rubio, la esposa de Sergio Ramos y flamante capitán de los Rayados de Monterrey, está cada vez más cerca de ganarse el corazón de los regios. En su más reciente visita a la capital neoleonesa, la también presentadora española compartió en Instagram un simpático video titulado “Probando chuches picantes de México”, en el que se enfrenta con valentía (y algo de picor) a una variedad de dulces mexicanos que adquirió durante su estancia en tierras mexicanas.

“Solo a mí se me ocurre estar en México y comprar chuches picantes”, comenta entre risas Pilar al iniciar el video, mientras muestra la bolsa de dulces y el ticket de compra: 329 pesos mexicanos. “También compré unas bebidas y eso”, añadió.

Sin saber muy bien qué esperar del nivel de picor, la española empezó su cata con unos Skwinkles: “Dulce enchilado en tora sabor piña con relleno sabor tamarindo”, leyó en voz alta con sorpresa. “No puedo ni imaginarme a qué va a saber”, dijo justo antes de probarlo.

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Mmm… uy, pues está bueno, ¿eh? Pica, pero está bueno. Uy, me empieza a picar más”, expresó mientras su rostro comenzaba a reaccionar al picante.

Con espíritu aventurero, continuó la degustación con los Tamborines enchilados.

Es muy guay esto de descubrir nuevos sabores. Ni pica tanto, pero es un picante agradable, es un picante del que me gusta”, confesó.

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El turno fue después para las Naranjichas enchiladas, unas gomitas con empaque adornado con llamas y frases como “Fuego” y “Enchílate y ahora atrévete a comerlo”. Rubio sonrió con nerviosismo al leer el reto impreso.

La verdad es que me recuerda mucho al Tajín, que es una cosa que utilizo en todas mis comidas”, comentó antes de darle un mordisco.

MMM… MMM… Este está muy bueno. Sabe potente a naranja o mandarina, pica un poco más. Este es el que más pica”.

Siguió con una Pavirricas, una paleta de tamarindo que parecía ser más fuego que caramelo. “Tiene pinta de ser fuego también”, dijo, aunque terminó sorprendida: “No, no pica tanto”.

Luego probó una paleta Chupatín, también de tamarindo enchilado, y sin pensarlo dos veces, la aprobó: “Bueno, el tamarindo enchilado ya lo hemos probado, y está muy bueno”.

La Rockaleta, unas gomitas enchiladas sabor piña y mandarina, también se ganó un lugar en su corazón.

Está muy buena, tiene un equilibrio perfecto entre el picor, la piña, me gusta mucho”, dijo mientras se le escuchaba disfrutar con entusiasmo.

Lo bueno de esto es que sé que son chuches que los niños no me van a quitar”, bromeó refiriéndose a sus hijos.

Para cerrar con broche dulce, mostró una bolsita de tamarindos con azúcar. Aunque no la abrió, sí anticipó que la guardará para después:

“Esto me lo guardo para mañana, que me va a dar energía, y azúcares, y calorías”, dijo con una divertida cara de sorpresa mientras leía los conocidos sellos de advertencia nutricional en los empaques mexicanos.