La vez que Michael Jordan estuvo cerca de jugar en la LMP con los Águilas de Mexicali

En una historia que parece sacada de un universo alterno del deporte, Michael Jordan, la superestrella del baloncesto mundial, estuvo a punto de llegar a los diamantes del beisbol invernal mexicano. En 1994, el legendario número 23 de los Toros de Chicago aceptó una propuesta para jugar beisbol en la Liga Mexicana del Pacífico con los Águilas de Mexicali.

Corría el año 1994 y Jordan, que venía de conquistar su tercer título consecutivo con los Toros de Chicago, vivía una etapa devastadora. Tras el campeonato de 1993, su padre, James Jordan, fue asesinado en un crimen que, según versiones, estuvo relacionado con apuestas ilegales. El golpe emocional fue tan fuerte que Michael decidió alejarse del baloncesto y cumplir el sueño de su padre: jugar beisbol profesional.

Aquí entra en escena una figura clave: Jerry Reinsdorf, propietario tanto de los Toros de Chicago como de los Medias Blancas de Chicago, equipo de las Grandes Ligas (MLB). Fue él quien le ofreció a Jordan un contrato de ligas menores, llevándolo al Spring Training con los White Sox. Aunque no alcanzó nivel de Grandes Ligas, fue asignado a Doble A con los Barones de Birmingham, y posteriormente a la Arizona Fall League.

Deportes | Noticias de México | EL IMPARCIAL

Anuncia LMP ganadores del Guante de Oro en el infield

Fue en ese contexto donde Raúl Cano, gerente de los Águilas de Mexicali, vio una oportunidad única. Enterado de que Terry Francona —quien dirigía a Jordan en la AFL y que más tarde ganaría la Serie Mundial con Boston— tenía contacto directo con él, Cano logró organizar una reunión con el exastro de la NBA.

Francona nos hizo la señal para bajar al terreno y Jordan ya nos esperaba”, relató Cano al periodista Fernando Ballesteros para Puro Beisbol. “Le dije que Águilas de Mexicali quería tenerlo como nuestra gran figura, y le gustó mucho la idea”.

Te podría interesar: 10 superestrellas históricas que cambiaron de deporte y sorprendieron al mundo

El trato fue directo: Jordan no cobraría un solo dólar por jugar en la LMP. Solo pidió que su uniforme no tuviera publicidad, ya que sus patrocinadores se encargarían de pagarle. Además, solicitó hospedarse en un complejo de campos de golf y jugar únicamente los partidos en casa, viajando a Estados Unidos al finalizar cada serie.

Con una fotografía que inmortalizó el acuerdo, Raúl Cano regresó entusiasmado a Mexicali para anunciar que el jugador más famoso del planeta llegaría a la LMP en diciembre. Todo estaba listo… hasta que una llamada lo cambió todo.

Un abogado de Michael Jordan informó que el jugador estaba en proceso de divorcio y que su hija le había pedido pasar todo el fin de año con ella. Aunque Jordan pidió disculpas y prometió regresar para la temporada siguiente (1995-96), esa promesa nunca se concretó.

Poco después, Jordan regresó al basquetbol profesional para consumar su legendario segundo tricampeonato con los Toros, cerrando así su increíble carrera con seis anillos de la NBA.

Aunque nunca jugó en la LMP, el hecho de que Michael Jordan estuviera tan cerca de vestirse con los Águilas de Mexicali sigue siendo una de las historias más fascinantes del deporte mexicano, y un “¿qué hubiera pasado si…?” que aún despierta la imaginación de los fanáticos.