Luchan negocios por sobrevivir a crisis
Padecen negocios de diversos giros los efectos de la pandemia.
En una de las avenidas principales de Pueblitos, al Norte de Hermosillo, un local destaca por tener su cortina bajada a la mitad. En un letrero verde se indica que se pueden pedir los productos por teléfono. Debajo, el nombre del negocio, Crommos.
La cortina hasta la mitad es quizá la mejor manera de entender desde afuera la situación: Un negocio que busca sobrevivir y mantenerse abierto en medio de una crisis de empresas cerradas y empleos perdidos.
Dentro está Ana Yesika Tovar Leyva, propietaria del salón de belleza y distribuidora de productos, quien en noviembre pasado se aventuró con “el negocio de su vida”: Un salón más grande, ubicado en el bulevar Solidaridad.
Por mensajes de WhatsApp recibió la noticia el 16 de marzo de que de pronto tenía que cerrar por tiempo indefinido, por la contingencia sanitaria. Mantuvo las ventas a domicilio, pero al paso de varias semanas fue necesario tomar decisiones duras, como cerrar el salón nuevo.
Cerrar un negocio como el de Ana Yesika tiene implicaciones, como explica el analista económico Marco Antonio Córdova Gálvez: “No es sólo cerrar, representa pérdida de empleos y cortar toda una cadena de proveeduría, que a su vez significan menos ventas para otras empresas”.
UNA CRISIS QUE SE AGRAVA
Empresarios y expertos señalan que la crisis económica de este año podría ser una de las más profundas de las últimas décadas en México, y la pérdida de más de un millón de empleos entre marzo y mayo parece confirmarlo.
En lo que va de la contingencia sanitaria por el Covid-19, en Sonora se han dado de baja 312 empresas de los registros patronales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) y se perdieron 32 mil 168 puestos de trabajo formales en los meses de marzo, abril y mayo.
Casi el 90% de estas empresas eran pequeñas y medianas (entre 5 y 50 empleos) y la mayoría se ubicaban en el sector de comercio y servicios.
El economista Córdova Gálvez señala que la entidad ya mostraba signos de fragilidad desde el tercer trimestre de 2017 y presentó crecimientos marginales de su economía durante los dos años siguientes, síntomas que se agravaron con la contingencia sanitaria por el coronavirus, que obligó al cierre de negocios.
“El Covid nos agarró ‘mal parados’ en términos económicos y las políticas de contención y de aislamiento social han profundizado esta recesión a nivel estatal y nacional”, indica.
CON DEUDAS Y SIN INGRESOS
Por siete años, Víctor Zazueta imaginó un gimnasio con atención integral, distintos a los sitios donde hay grandes cantidades de personas ejercitándose al mismo tiempo.
Encontró a dos socios con quienes unió capital y talento para hacer realidad el sueño. En la exclusiva Zona Norte de Ciudad Obregón abrieron Luxo Fit Club en una nueva plaza comercial en noviembre de 2019. Para marzo, ya tenían a 45 socios de 80 que podían atender.
Pero llegó la contingencia sanitaria: “Cerramos el 15 de marzo, aproximadamente. Ya son más de dos meses que tenemos cerrado y pues sin ningún ingreso. Hay una gran inversión aquí en equipo por el concepto que somos”, explica Zazueta.
A casi tres meses sin ingresos, Víctor lamenta no poder dar trabajo a la plantilla de doce empleados del gimnasio, a quienes se les pagó sólo el primer mes de sueldo que establece la ley.
Aunque no han pensado en el cierre definitivo, sabe que deben sobrevivir haciendo frente al pago de la amortización del equipo adquirido a crédito, así como los costos fijos de luz, agua, renta del local, entre otros.
APENAS INICIA
Si bien la mayoría de los negocios en el Estado luchan por sobrevivir, desde el sector empresarial advierten que podría apenas venir lo peor para la economía.
La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), que en Sonora dirige Arturo Fernández Díaz-González, estima que en México, por cada mes que dure la contingencia sanitaria, se perderá el 10% del total de las empresas formales,
Con la desaparición de empresas, desgraciadamente hay una contracción del mercado. Sé que eso suena muy abstracto, pero, ¿qué significa?, significa que van a desaparecer algunos proveedores, y con ellos más empresas y empleos”, refiere.
Esta no va a ser una crisis normal, dice el dirigente, esta es una crisis más profunda y seria que tendrá una duración prolongada.
Y sugiere: “Ahí es donde tiene que entrar la creatividad, la solidaridad, el esfuerzo coordinado de todos, incluyendo al Gobierno federal, para acortar la duración de esta crisis”.
EN RESISTENCIA
Andrea Alvarado y Rayner Ruiz han sido emprendedores desde hace una década. Hace dos años abrieron el proyecto en el que cabían todos sus sueños: Casa Resaca, un restaurante de mariscos ubicado en su propia casa, donde las recetas propias, el toque caribeño y el trato personalizado eran la parte esencial.
A finales del año pasado vieron que sus ventas iban hacia arriba y auguraban un muy buen verano. Todavía a principios de marzo las expectativas eran las mejores, hasta que se vieron obligados a cerrar por la pandemia. Hace unos dos meses que reabrieron, pero sus planes fueron frenados y ahora la lucha es para que su negocio sobreviva un día más.
“Tuvimos un ‘reseat’ mentalmente Andrea y yo de cómo íbamos a arrancar esto de nuevo”, comparte Rayner. “Y mentalizarnos de decir ‘¿sabes qué?, pues sí, fueron buenos tiempos, pero es momento de regresar y hacer cambios para que volvamos a arrancar’”.
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