Según datos de Qualtrics, el 41% de los millennials y el 43% de la generación Z de Estados Unidos padecen dismorfia del dinero
Reconocer y abordar este problema es crucial para mejorar el bienestar financiero y mental de los jóvenes
MÉXICO-. Un trastorno conocido como dismorfia del dinero está ganando atención entre los jóvenes en Estados Unidos. Según datos de Qualtrics, un 41% de los millennials y un 43% de la generación Z sufren de este trastorno, que afecta su relación con el dinero y la percepción de su bienestar financiero.
¿Qué es la dismorfia del dinero?
Este es un trastorno psicológico caracterizado por una percepción distorsionada de la situación financiera personal. Similar a la dismorfia corporal, donde la persona no ve su cuerpo de manera realista, quienes padecen dismorfia del dinero no pueden evaluar con precisión su situación económica.
Esto puede llevar a un estrés financiero crónico, decisiones económicas poco saludables y un impacto negativo en el bienestar mental.
Impacto en Millennials y la Generación Z
El informe de Qualtrics revela cifras preocupantes: el 41% de los millennials y el 43% de la generación Z en Estados Unidos experimentan dismorfia del dinero.
Este fenómeno parece estar vinculado a varios factores:
- Presión social y comparación:
Las redes sociales y la constante exposición a estilos de vida aparentemente lujosos pueden llevar a una comparación constante y sentimientos de insuficiencia económica. - Incertidumbre económica:
Factores como la inflación, la volatilidad del mercado laboral y el aumento de los costos de vida pueden exacerbar la percepción negativa de la situación financiera personal. - Educación financiera inadecuada:
La falta de conocimientos financieros y la incapacidad para gestionar adecuadamente el dinero pueden contribuir a una percepción distorsionada de la realidad económica.
Reconocer y abordar este problema es crucial para mejorar el bienestar financiero y mental de los jóvenes. Con la combinación adecuada de educación financiera, apoyo profesional y prácticas de bienestar, es posible gestionar esta distorsión y fomentar una relación más saludable con el dinero.