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El impuesto rosa: Una práctica injusta en el mercado de consumo

La lucha por la igualdad de precios es un paso crucial hacia la construcción de un mercado más justo y equilibrado para todos

MÉXICO.- El impuesto rosa es un término que hace referencia a la práctica de cobrar precios más altos a los productos dirigidos específicamente a mujeres en comparación con los mismos productos dirigidos a hombres, a pesar de que ambos tengan las mismas características o funciones.

Esta disparidad de precios ha sido un tema recurrente en diversas investigaciones y es vista como una forma de discriminación de género en el ámbito comercial.

¿Qué es el Impuesto Rosa?

El impuesto rosa se refiere a la diferencia de precios entre productos de cuidado personal, ropa, juguetes y otros artículos, en los cuales, las versiones dirigidas al mercado femenino suelen tener un costo más elevado.

Según un estudio realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en 2020, los productos dirigidos a mujeres en España, por ejemplo, tienen un precio promedio 11% más alto que los destinados a los hombres, aunque la calidad o la funcionalidad no varíen.

En México, esta práctica también ha sido observada en una variedad de productos, desde rasuradoras hasta productos de higiene personal.

Por ejemplo, el precio de una máquina de afeitar para mujeres puede ser hasta un 40% más alto que el de una máquina de afeitar para hombres, a pesar de que ambos productos cumplen la misma función.

Causas y consecuencias

Las causas detrás de esta disparidad de precios son multifacéticas. Algunas empresas justifican el impuesto rosa alegando que los productos dirigidos a mujeres tienen empaques más atractivos o ingredientes especiales.

Sin embargo, expertos en consumo y economía, como la profesora de marketing María López de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), señalan que estas diferencias son en gran parte una estrategia de segmentación de mercado más que una cuestión de costos adicionales.

Esta práctica no solo afecta a las finanzas personales de las mujeres, sino que también refuerza estereotipos de género. El hecho de que productos dirigidos a mujeres sean más caros genera una sensación de desigualdad económica que contribuye a la brecha de género en el mercado laboral y en la distribución de los ingresos.

Reacciones y acciones contra el impuesto rosa

En respuesta al impuesto rosa, varias organizaciones y activistas han comenzado a alzar la voz. En 2019, el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) de México denunció públicamente esta práctica, llamando a las empresas a adoptar precios justos para todos los consumidores, independientemente de su género.

Además, algunos gobiernos locales han comenzado a regular las políticas de precios para evitar la discriminación de género en productos básicos.

Por otro lado, hay consumidores y grupos de mujeres que optan por boicotear marcas que practican el impuesto rosa. Las redes sociales han sido una herramienta importante para visibilizar este tipo de desigualdades, lo que ha llevado a algunas empresas a replantear sus políticas de precios.

El camino hacia la igualdad

Si bien la implementación de normas regulatorias para evitar el impuesto rosa aún está en una etapa temprana en muchos países, la conciencia pública sobre este tema ha aumentado.

Cada vez más consumidores buscan opciones transparentes y justas en el mercado. La clave para erradicar esta desigualdad radica en una educación financiera que permita a los compradores reconocer y denunciar estas prácticas, así como en la responsabilidad corporativa de las empresas para ofrecer precios equitativos.

El impuesto rosa es una manifestación de la desigualdad de género en el comercio que afecta negativamente a las mujeres, no solo en términos de sus finanzas, sino también en su poder de consumo y autonomía económica.

La lucha por la igualdad de precios es un paso crucial hacia la construcción de un mercado más justo y equilibrado para todos.

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