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La riqueza financiera de las familias españolas alcanza récord histórico impulsada por la inflación

Esta situación plantea retos para la política económica española, que deberá buscar estrategias para garantizar que el crecimiento económico y financiero sea más equitativo y sostenible en el mediano y largo plazo

La riqueza financiera de las familias españolas alcanza récord histórico impulsada por la inflación

MÉXICO.- En un contexto de alta inflación, las familias españolas han registrado un máximo histórico en su riqueza financiera, alcanzando los 2.3 billones de euros al cierre de septiembre de 2024.

Este incremento representa un aumento del 12% en comparación con el mismo periodo del año anterior, según los datos más recientes del Banco de España.

El crecimiento observado se atribuye principalmente al aumento en el valor de los activos financieros, como acciones y fondos de inversión.

Sin embargo, esta mejora nominal no refleja necesariamente un avance real en el poder adquisitivo de los hogares, dado que el incremento responde en gran medida al efecto acumulativo de la inflación.

En cuanto a la deuda de las familias, esta experimentó una ligera disminución, situándose en el 44.1% del Producto Interno Bruto (PIB).

Este dato sugiere una mayor contención en el consumo y la inversión, lo que, combinado con una prudencia en el endeudamiento, ha contribuido a la estabilidad financiera de los hogares.

Por su parte, el sector empresarial también presentó una mejora en su ratio de deuda respecto al PIB, en línea con una tendencia de reducción progresiva.

Como resultado, la carga global de deuda combinada entre empresas y hogares descendió al 109% del PIB, consolidando un avance significativo desde los niveles críticos alcanzados tras la crisis financiera de 2008.

Estos indicadores reflejan un panorama mixto: mientras que los activos financieros de las familias muestran un crecimiento robusto en términos nominales, la inflación sigue siendo un factor determinante que limita los beneficios reales en el poder adquisitivo de los ciudadanos.

Esta situación plantea retos para la política económica española, que deberá buscar estrategias para garantizar que el crecimiento económico y financiero sea más equitativo y sostenible en el mediano y largo plazo.

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