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El cibercrimen: Una economía global que amenaza la seguridad digital

La clave está en adoptar un enfoque ético en el uso de la IA y educar a los usuarios sobre los riesgos de la era tecnológica para frenar el impacto de los delitos cibernéticos

El cibercrimen: Una economía global que amenaza la seguridad digital

MÉXICO.- Si el cibercrimen fuera una economía formal, estaría clasificada como la tercera más grande del mundo, según el World Economic Forum (WEF).

Este impactante dato refleja el crecimiento exponencial de los robos y fraudes cibernéticos, impulsados por la profesionalización de los cibercriminales y el avance de la Inteligencia Artificial (IA).

En 2023, más de 8 mil millones de registros fueron vulnerados, alertaron expertos del WEF. Este nivel de exposición resalta la urgencia de que las empresas adopten un enfoque basado en el riesgo al implementar tecnologías avanzadas como la IA.

Inteligencia Artificial: un arma de doble filo

El informe titulado “Inteligencia Artificial y Ciberseguridad, balanceando riesgos y beneficios” subraya que, aunque la IA puede optimizar operaciones y fortalecer la seguridad, también incrementa los riesgos si no se utiliza de manera estratégica.

“Las organizaciones deben evaluar cómo y dónde se utilizan las aplicaciones de IA, especialmente en procesos críticos como la cadena de suministro, para minimizar vulnerabilidades”, advierte el estudio.

Además, se enfatiza que es crucial invertir en controles de ciberseguridad esenciales para proteger sistemas basados en IA y estar preparados para responder ante interrupciones.

Un nuevo modelo delictivo

El anonimato digital ha permitido a los ciberdelincuentes operar bajo nuevas estrategias, como robar pequeñas cantidades de dinero de millones de cuentas.

Este esquema, detallado por Ivan John Uy, secretario de Información, Comunicaciones y Tecnología de Filipinas, reduce la posibilidad de que las víctimas o las empresas inicien un seguimiento.

“Estamos viendo una mayor profesionalización de los cibercriminales, con equipos, software y personal altamente calificados. Lo preocupante es que pagan mejor que muchas empresas legales”, explicó Uy.

Este fenómeno pone en evidencia un desafío clave: cómo evitar que el talento joven termine trabajando para el “lado oscuro” de la tecnología.

La falta de conciencia sobre los riesgos

Para Rob Greig, jefe de Información de Arup, lo más alarmante es la desinformación entre las personas sobre la cantidad de datos vulnerados. “Es aterrador conocer el alcance de la información comprometida sin que los usuarios sean conscientes del peligro”, afirmó.

El cibercrimen ha dejado de ser una actividad clandestina para convertirse en una industria global altamente organizada.

Ante este panorama, las empresas deben priorizar la seguridad digital y las inversiones en ciberseguridad.

La clave está en adoptar un enfoque ético en el uso de la IA y educar a los usuarios sobre los riesgos de la era tecnológica para frenar el impacto de los delitos cibernéticos.

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