Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Dinero | Noticias de México | EL IMPARCIAL / Finanzas

Ser tacaño o ser ahorrador: Diferencias y claves para unas finanzas saludables

No se trata de ser derrochador, pero tampoco de caer en la tacañería. La clave está en establecer metas financieras claras y, si son a largo plazo, considerar la inversión como una opción viable

Ser tacaño o ser ahorrador: Diferencias y claves para unas finanzas saludables

MÉXICO.- En el mundo de las finanzas personales, es común confundir el concepto de ahorro con la tacañería.

Sin embargo, hay diferencias fundamentales entre ambos hábitos que pueden impactar de manera significativa el bienestar económico.

¿Cuál es la diferencia?

Una persona ahorrativa gasta su dinero de manera inteligente. Por ejemplo, si necesita zapatos nuevos, compra un par cómodo y duradero y los usa hasta que se desgastan.

Si aún están en buen estado pero desea cambiarlos, los vende o los dona antes de adquirir otros.

En contraste, una persona tacaña evita gastar a toda costa, incluso cuando el gasto es necesario. Puede tener el dinero para comprar zapatos nuevos, pero prefiere seguir usando unos tan deteriorados que casi dejan ver los dedos, todo para no gastar.

El caso de los celulares

El mismo principio se aplica a la tecnología. Un ahorrador invierte en un buen celular con la intención de usarlo durante años, sin dejarse influenciar por los modelos más recientes.

Si su dispositivo sigue funcionando, simplemente le da mantenimiento y solo lo cambia cuando deja de cumplir su función.

Por otro lado, un tacaño mantiene un celular con pantalla rota, fallos en el táctil y una batería defectuosa. No lo repara porque considera que el costo es elevado, y así sigue utilizando un teléfono con rendimiento deficiente, afectando su productividad diaria.

El propósito del ahorro

Una diferencia clave entre ambos perfiles es el propósito del ahorro. Una persona ahorrativa tiene metas claras, como comprar una casa, pagar la educación de sus hijos, invertir, jubilarse temprano o irse de vacaciones.

En cambio, un tacaño ahorra sin propósito. Su dinero se queda estancado en cuentas bancarias sin generar intereses o guardado en casa, perdiendo valor por la inflación. Al no invertir, su poder adquisitivo se reduce con el tiempo.

El equilibrio es la clave

No se trata de ser derrochador, pero tampoco de caer en la tacañería. La clave está en establecer metas financieras claras y, si son a largo plazo, considerar la inversión como una opción viable.

Si aún no has desarrollado buenos hábitos financieros, un recurso recomendado es el libro “Hábitos Atómicos”, que enseña estrategias para mejorar el manejo del dinero a través de pequeños cambios diarios.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados