Las trampas psicológicas que nos hacen gastar más dinero sin darnos cuenta

MÉXICO.- Cada día, millones de personas toman decisiones financieras sin ser conscientes de que están siendo influenciadas por mecanismos psicológicos diseñados para aumentar su gasto.

Desde las ofertas por tiempo limitado hasta la forma en que se presentan los precios, las estrategias de marketing y comportamiento del consumidor están diseñadas para hacer que gastemos más.

¿Cómo nos manipulan las empresas?

Según Alejandro Castañeda, especialista en neuroeconomía y profesor de la Universidad de Finanzas de América, hay varias estrategias que afectan nuestras decisiones de compra sin que lo notemos:

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Los gastos hormiga: El enemigo invisible que impide tu viaje soñado

1️⃣ El efecto anclaje: Consiste en presentar un precio alto al inicio para que el consumidor perciba como “barata” una oferta menor. “Si una tienda coloca un producto a $1,500 y lo baja a $999, el cliente siente que está obteniendo un gran descuento, aunque el precio real nunca haya sido tan alto”, explica Castañeda.

2️⃣ Los precios psicológicos: Marcar los productos en $9.99 en lugar de $10 provoca una percepción de menor costo. Laura Rivas, especialista en psicología del consumidor, señala que “nuestro cerebro lee los números de izquierda a derecha y se queda con la primera cifra, por lo que $9.99 se percibe más cercano a $9 que a $10”.

3️⃣ La urgencia y la escasez: Frases como “¡Últimas unidades!” o “Oferta por tiempo limitado” generan un miedo a perder la oportunidad, haciendo que el consumidor actúe impulsivamente.

4️⃣ Los programas de recompensas: Muchas personas gastan más solo para acumular puntos, aunque los beneficios sean mínimos. “Las tarjetas de fidelidad están diseñadas para hacerte volver y gastar más”, añade Rivas.

¿Cómo evitar caer en estas trampas?

Los expertos recomiendan pausar las compras impulsivas, comparar precios con calma y preguntarse si realmente necesitamos el producto antes de pagar.

“Una regla simple es esperar 24 horas antes de hacer una compra. Si después de ese tiempo sigues convencido, es probable que realmente lo necesites”, concluye Castañeda.