¿Por qué no funcionaron las medidas de Estados Unidos para reducir su déficit comercial con Japón en los años 80?
En los años 80, Estados Unidos impuso restricciones comerciales a Japón para reducir su déficit comercial, como cuotas y acuerdos sectoriales. A pesar de ello, el déficit no disminuyó.

Durante la década de 1980, Estados Unidos implementó varias restricciones comerciales para reducir su déficit con Japón. Estas acciones surgieron en un contexto donde se acusaba a Japón de competir de manera desleal, una narrativa que ha resurgido en años recientes con países como China y Corea del Sur.
El déficit comercial ocurre cuando un país importa más bienes y servicios de los que exporta. En términos simples, es cuando se compra más al extranjero de lo que se vende.
¿Qué hizo Estados Unidos para reducir su déficit con Japón?
Durante el gobierno del presidente Ronald Reagan, se impusieron restricciones a productos japoneses, como automóviles y acero. Estas restricciones incluyeron acuerdos como Restricciones voluntarias a la exportación (VERs), Acuerdos para expandir las importaciones desde EE.UU. (VIEs), negociaciones específicas por sector (MOSS) y la Iniciativa de Obstáculos Estructurales (SII).
En total, se firmaron más de 100 acuerdos, comunicados y memorandos para intentar reducir el déficit.
¿Funcionaron estas medidas?
No. A pesar de las restricciones y acuerdos, el déficit comercial con Japón se mantuvo alto durante los años 80 y 90, y aumentó aún más en los 2000.
Según un análisis de Lee Branstetter, profesor de economía y políticas públicas en la Universidad Carnegie Mellon, la disminución del déficit en la década de 2000 se debió a la crisis económica global, no a la política comercial.
¿Por qué fracasaron las medidas?
El principal problema fue que estas medidas no atacaron las causas económicas reales del déficit. Durante el mandato de Reagan, el gobierno de EE.UU. tuvo grandes déficits presupuestarios, mientras que el ahorro privado no aumentó ni bajó la inversión.
En términos económicos:
Cuando una nación ahorra menos de lo que invierte, el déficit se financia con ahorro extranjero. Esto genera un déficit comercial.”
Además, restringir las importaciones de un solo país o producto no reduce el déficit general. Si se restringen los autos japoneses, por ejemplo, la demanda por yenes cae, el dólar se fortalece y otros productos japoneses se vuelven más baratos. Esto compensa el efecto inicial. Es como apretar un globo: si se aprieta de un lado, el aire se va a otro.
¿Qué enseñanza deja esta experiencia?
La historia muestra que tratar de reducir el déficit comercial con amenazas o sanciones comerciales específicas no da resultados sostenibles. Además, hoy en día EE.UU. tiene menos poder de negociación que en los años 80:
- El fin de la Guerra Fría eliminó el peso geopolítico de EE.UU. sobre países como Japón.
- La participación de EE.UU. en el comercio global de estos países ha disminuido.
- Las normas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) limitan las sanciones unilaterales.
Finalmente, como advierte el texto, aumentar el gasto público sin un aumento equivalente en el ahorro solo aumenta el déficit comercial:
Una ley fiscal que agregue cientos de miles de millones en gasto deficitario elevará aún más el déficit comercial.”
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