Por qué la pitaya es tan cara

CIUDAD DE MÉXICO.-En el árido paisaje mexicano, entre cactus imponentes y espinas afiladas, se encuentra una joya gastronómica conocida como pitaya. Sin embargo, esta exquisita fruta no está al alcance de todos debido a su precio elevado y a los desafíos logísticos que implica su obtención.

La pitaya, caracterizada por su dulzura y jugosidad, posee una corta vida útil una vez recolectada, perdiendo rápidamente su sabor y textura.

Este factor dificulta su transporte en condiciones óptimas y contribuye a su elevado precio en diferentes ubicaciones geográficas. Por ejemplo, en Guadalajara, México, un lote de 4000 pitayas puede superar los $7400 dólares, mientras que en Estados Unidos, cinco frutas pueden llegar a costar hasta $22.

“Fruta de atractivo color”

Aunque la pitaya es a menudo confundida con la fruta del dragón o la tuna, se diferencia de estas por su origen exclusivo en México y en algunas partes de Estados Unidos. El estado de Jalisco, en particular, se convierte en un importante motor económico gracias a esta fruta puntiaguda durante su temporada. Su sabor único, mayor dulzura y atractivo color la distinguen de otras variedades similares.

La recolección de pitayas es un trabajo desafiante que requiere enfrentarse a cactus de hasta nueve metros de altura, según revela un video de YouTube de Insider.

José Trinidad, un experimentado cosechador, cuenta cómo ha dedicado 15 años a esta labor, pasando de ser un recolector callejero a tener un negocio de venta al por mayor y menor. La fruta se recolecta principalmente durante la noche y las primeras horas de la mañana, utilizando cañas largas con púas para alcanzar las pitayas maduras en la parte superior de los cactus.

La temporada de pitayas es breve, aproximadamente de 60 a 70 días, iniciándose a mediados de abril y finalizando con las primeras lluvias de verano. A diferencia de otras frutas similares, la pitaya crece en cantidades más limitadas. Cada cactus de pitaya dulce produce un fruto al día o alrededor de 60 pitayas durante toda la temporada. Estos cactus requieren al menos 8 años para comenzar a dar frutos y 15 años para alcanzar su madurez plena.

“Una fruta frágil”

La delicadeza de la pitaya, compuesta en su mayoría por agua, hace que su transporte y manejo sean especialmente desafiantes. Tras la recolección, las espinas se retiran cuidadosamente a mano antes de su venta. La fruta en sí es frágil y susceptible a daños si se manipula en exceso. Por esta razón, es preferible manipularla con las manos en lugar de guantes gruesos, lo cual podría provocar su aplastamiento.

La comercialización de pitayas se lleva a cabo de diversas formas, y cada una de ellas influye en su precio final. Mientras que los puestos locales en México ofrecen precios más accesibles, aquellos que se encuentran en ciudades más lejanas pueden incrementar significativamente el costo debido a los gastos de transporte. Además, la exportación de pitayas se enfrenta a desafíos logísticos y a un incremento en el costo debido a las condiciones delicadas de la fruta.

Las pitayas son ricas en nutrientes

Además de su sabor exquisito, las pitayas son apreciadas por sus beneficios nutricionales. Son una fuente rica en vitamina C, fibra, potasio, hierro y calcio, proporcionando un impulso de nutrientes saludables. Sus semillas también contienen omega-3, añadiendo un valor adicional a esta fruta tan especial.

Aunque la pitaya ha ganado popularidad y su demanda está en aumento, su futuro enfrenta desafíos significativos. La amenaza de extinción de las especies de cactus, así como los efectos del clima cálido y seco en su cultivo, plantean preocupaciones a largo plazo. La conservación de estos cactus y la sostenibilidad de la producción de pitayas se han convertido en objetivos clave para garantizar la continuidad de esta fruta tan apreciada.