#ViernesdeReseña – Jurassic Park… digo, World

Es en serio, ¿en qué año vivimos? Estamos siendo ferozmente atacados por el pasado, en particular las generaciones de los 80s y 90s, de cuya nostalgia pareciera mantenerse Hollywood últimamente.

“Jurassic Park” es una de las películas más icónicas de los años 90, y aunque sus dos secuelas fueron atroces, eso no le arrebató el estatus de clásico. En su forma original, la película servía como un emocionante thriller lleno de suspenso y emoción, mientras al mismo tiempo defendía el punto central de que los humanos debemos dejar de entrometerse con la naturaleza.

Ignorando las dos secuelas (que honestamente deberían ser ignoradas), la mitología vuelve con un parque exitoso y una cantidad casi ofensiva de colocación de producto – Reto: Cuenta cuántas marcas aparecen en pantalla.

Han pasado 20 años, y tras la tragedia original, el parque ha podido ser abierto al público. Pero la gente (como la gente suele hacer) perdió pronto la capacidad de sorpresa, y ver dinosaurios ya no es suficiente para el público. La gente quiere “más grande, de miedo y con más dientes”, por lo que han creado un nuevo híbrido que pronto se sale de control.

En esto y en muchas otras cosas la película hace eco al espíritu de la original, aunque francamente se siente un poco más hueca, si bien más impresionante visualmente. Es de esperarse, por supuesto que no se tenían las mismas posibilidades en términos de efectos especiales en 1992, pero también es cierto que parte de la “magia del cine” de la misma eran los increíbles “animatronics”.

Sí hay cuestiones que quedaron suspendidas en el aire, nunca aterrizando la idea. ¿Cuál era el punto de mostrar a la novia de Zach (Chris Robinson) si el punto es su pobre relación con su hermanito?

Además hay serios problemas de lógica: ¿Por qué un parque como este no tendría un muy específico plan de evacuación en caso de emergencia? ¡Esperaron horas y horas por los botes! Especialmente con una experiencia previa, no tiene sentido. ¿Por qué tendría un parque con largas filas una atracción en la que el turista controla el vehículo y la duración?

Es fácil olvidarse de estos detalles, sin embargo, una vez que la acción empieza en serio. Si algo es cierto de “Jurassic World”, es que es emocionante. En este sentido, realmente es la experiencia de “Park” para las nuevas generaciones, una que te mantiene en el borde de tu asiento.

Chris Pratt demuestra nuevamente que puede hacerla de héroe de acción, pero sobre todo que puede jalar mucho dinero a la taquilla (pero demasiado, en serio es increíble cuánto se llevó en su primer fin de semana). Bryce Dallas Howard hace buen papel también como la fría ejecutiva que cambia de parecer, si bien un poco increíble con sus zapatillas indestructibles en las que corre toda la película.

Pero si somos francos, habrá que admitir que la película no tiene mucho qué exigir a sus actores, ni a los dos protagonistas ni a ningún otro.

Finalmente, es una buena película palomera de verano. No es particularmente novedosa o profunda, pero tampoco te hace sentir traicionado por el desperdicio de dinero en la entrada (para eso pueden ir a ver “Terremoto”). Es una buena opción para ver con toda la familia y disfrutar del escapismo y la emoción, que son sus dos más grandes elementos.

Aunque dada mi propia experiencia en el cine, me siento obligada a mencionar que “Jurassic World” no es recomendable para niños muy pequeños, y no porque sean escandalosos, sino porque puede ser demasiado perturbadora para ellos (la pequeña de unos tres años que se sentó frente a mí estaba llorando de miedo).

De todo a todo, lo dejo en un 7/10, un punto regalado por la pura nostalgia.

Espero que la pasen excelente fin de semana y disfruten de una buena película. ¡Nos vemos en el siguiente #ViernesdeReseña!