#ViernesdeReseña – Ant-Man cumple lo que no prometió
Más de una vez he escuchado el “no se me antoja” refiriéndose a la nueva entrega de Marvel, “Ant-Man”.
Ciertamente “El Hombre Hormiga” no suena como el superhéroe más emocionante al lado de Iron Man, Capitán América o los otros gigantes del estudio. Yo misma me suscribía al escepticismo por este desconocido superhéroe.
Sin embargo, funciona, y funciona muy bien. “Ant-Man” resultó ser una de las más divertidas y agradables películas de Marvel, pero más allá de eso, posiblemente la más conmovedora.
Después de 11 películas, ya conocemos las reglas del universo, y Marvel saca el mejor provecho de ello, de la mejor manera. No necesitamos que nos expliquen las reglas, las referencias enriquecen la experiencia para quienes han seguido la saga, pero no la entorpecen para quienes no.
En un movimiento que despertó muchas dudas entre los fans de los cómics, la película no sigue al Ant-Man original, Hank Pym (Micahel Douglas), sino a uno de sus sucesores. Scott Lang (Paul Rudd) es un ex convicto ladrón que está tratando de reformarse para ser un mejor padre, cuando es reclutado por Pym.
Hank inventó la sustancia que le permite empequeñecerse, pero la ocultó después de darse cuenta de lo peligrosa que podría ser en las manos equivocadas.
Cuando su aprendiz, Darren Cross (Corey Stoll) recrea la fórmula con la intención de venderla a Hydra, idea un plan para robarla. A la ecuación se suma Hope Pym (Evangeline Lily), que tiene una rocosa relación con su padre Hank. Esto permite un paralelo en las historias de los dos Ant-Man, de redención en los ojos de sus hijas.
El guión les da a los personajes tiempo para respirar (raro en una película de superhéroes), lo que permite que la acción, cuando llega, sea mucho más significativa.
Peyton Reed dirige, y nos entrega unas emocionantes y dinámicas secuencias de acción que toman todo el provecho del humor del “hombre pequeño”.
Casi como una metáfora perfecta, “Ant-Man” también tiene (aparentemente), apuestas menos ambiciosas. No se trata del fin del mundo, las cartas en juego son dentro de un microuniverso; otro de los elementos que permite tan cómodo desarrollo de personaje.
También cumple en lo que ahora deberíamos de exigir de cualquiera entrega del Universo Cinematográfico de Marvel, y es que afecta la trama general. Los fans estarán muy contentos con las dos escenas pos créditos que esta nos ofrece (que por cierto, sí tiene, dos, quédense hasta el final).
En mi opinión, Marvel funciona tan bien porque ante la insistencia de otros estudios de volver a los superhéroes algo oscuro y dramático para que la audiencia se lo tome en serio, éste ha regresado a lo básico, el inicio de los cómics; algo divertido, simplón y un tanto exagerado. “Alucín”, dirían algunos. Marvel toma estas características y las hace suyas. Es su prerrogativa, y están tan comprometidos con ella que es un “tómalo o déjalo”.
Yo la recomiendo, y le doy un 8/10.
¿Te gustó “Ant-Man”? ¿Prefieres la seriedad de las películas de DC? Déjame un comentario y pasa un fin de semana excelente.
¡Nos vemos en el siguiente #ViernesdeReseña!