Lucero se despide de su personaje de "Mañana es para siempre"

CIUDAD DE MÉXICO. – Por medio de su programa semanal, la actriz y cantante, Lucero, habló sobre la final de la retransmisión de la novela mexicana “Mañana es para siempre” y la manera en la que interpretó a su personaje, la villana Bárbara Greco.

Lucero rápidamente se convirtió en tendencia con el hashtag #LuceroEsBarbaraGreco, con el cual, sus fans compartieron sus opiniones e impresiones sobre las últimas escenas de la antagonista de la producción.

Sobre su personaje, la actriz expresó que era “una mujer sin escrúpulos, sin valores, sin sentido común y que busca traer conflicto a la novela”.

Es el personaje más terrible que he hecho, es más mala que el arsénico y es una mujer que tiene muchos, muchos problemas”, expresó Lucero.

La actriz admitió que se divirtió al realizar a la antagonista, pues tenía que usar un maquillaje o vestuario completamente diferente a lo que estaba acostumbrada, sino que además debía hacer uso de distintas cualidades actorales.

Lucero agradeció al público por el apoyo

En el mismo programa, Lucero también aprovechó para agradecer al público por volver a ver la telenovela que estuvo en emisión hace doce años y contó los rasgos que tuvo que tomar en cuenta para interpretar a una mujer “que se aleja completamente de lo que cree o busca de la vida”, contó.

“Yo pensaba: ´necesito que los personajes se confundan con Bárbara´, que digan: ´qué linda señora, es buena onda la señora esta, está guapa, es rara, es sonriente, es amable´. Y cuál sonriente y amable, era una maldita”, aseguró la actriz sobre Bárbara.

Además, comentó que su trabajo para este personaje fue “relevante para ella”, pues fue lo opuesto a los protagónicos que estaba acostumbrada a hacer, en los cuales solía interpretar a mujeres “tranquilas e ingenuas”, comentó Lucero.

“La novia de América” también contó que el personaje fue construido entre ella y el productor Salvador Garcini para aprovechar las cualidades físicas, ademanes y sonrisas de la actriz para lograr confundir a las personas que compartían la vida con ella en la ficción.