"El bebé murió dentro de mí... me envenenó": Entrevista a Debbie Reynolds, madre de Carrie Fisher, revive en redes ante la revocación de Roe v. Wade
Debbie Reynolds se vio obligada a cargar el cadáver de su hijo dentro de su cuerpo durante seis semanas, lo que casi hizo que perdiera la vida, además de hacerla atravesar un dolor que "nunca pudo olvidar".

Según la estrella de Singing in the Rain, tras dar la bienvenida a su hija, Carrie Fisher (la princesa Leia en Star wars), en 1956 y a su hijo, Todd Fisher, en 1958, quedó embarazada de su tercer hijo en 1962.
La situación que atravesó Debbie Reynolds fue captada en una entrevista, recordada en la actualidad por la revocación de la ley Roe v. Wade en Estados Unidos protegía en constitucionalmente el derecho de las mujeres para abortar.
Cuando el bebé murió trágicamente antes de nacer, Debbie Reynolds se vio obligada a cargar el cadáver de su hijo dentro de su cuerpo durante seis semanas, lo que casi hizo que perdiera la vida, además de hacerla atravesar un dolor que "nunca pudo olvidar".
Reynolds explicó que después de casarse con el empresario Harry Karl en 1960, los dos decidieron comenzar a intentar tener un bebé.
"Quería tener cuatro hijos", recordó. "Tenía a Carrie y Todd y quería otros dos hijos. Me quedé embarazada enseguida, tuve mucha suerte en ese sentido.'

No obstante, ella reveló que a los siete meses y medio de embarazo, el bebé "murió dentro de su cuerpo" y explicó que se dio cuenta de que algo andaba mal cuando su viente comenzó a "encogerse".
Esta situación, debido a que sucedió 11 años antes de la aprobación de Roe v. Wade en 1973, que legalizó el aborto en Estados Unidos, se tornó un peligro para su salud, ya que médicos se negaron a sacar al bebé fallecido.
"Esto le sucede a muchas mujeres", continuó en la entrevista, publicada en 1989. "Fue algo muy difícil de superar. En esos días no se permitía el aborto, ya sea que estuvieras enferma o que te violaran o que el niño muriera. Es repugnante pensar que existían esas leyes, es ridículo".
"Tenía que tener el niño a término completo, esa era la ley."
La fallecida actriz recordó que sus amigos y familiares, que no sabían que su bebé había muerto, a menudo se regocijaban por el embarazo y le preguntaban cosas como el nombre que le pondría a su bebé.
Reynolds dijo que los médicos solo acordaron hacer un aborto después de que ella comenzó a enfermarse por el bebé muerto, y agregó que el bebé fallecido se convirtió, para ella, en "un veneno" que casi logra matarla.
"No podían dejarlo más porque me hubiera matado", dijo.“Así que finalmente acordaron, una junta, que intentarían sacar a este niño. En este punto, era más peligroso que nunca.""El bebé murió dentro de mí... luego me envenenó."
La estrella de cine dijo que le tomó "más de un año" recuperarse física y mentalmente del incidente que puso en peligro su vida.
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