El Último Conjuro: Una reseña muy dura por Kristoff Raczynski

Kristoff Raczynski dio una reseña desalentadora de “El Último Conjuro”, una película dice que se presenta bajo el nombre de una conocida franquicia de terror, pero que resulta ser un engaño.

En esta crítica, Raczynski desglosa los principales problemas de la película, señalando su falta de originalidad, la deficiente calidad de la producción y la decepcionante experiencia general.

El engaño del título

La reseña comienza advirtiendo a los espectadores sobre el engaño que representa el título de la película. A pesar de llamarse “El Último Conjuro”, el film no tiene ninguna relación con la popular saga de terror protagonizada por los Warren, interpretada por Patrick Wilson y Vera Farmiga. En lugar de ello, se trata de una película asiática dirigida por Hideo Nakata, conocido por su trabajo en las versiones originales de “El Aro” y “Aguas Oscuras”. Raczynski critica que el título se haya modificado para atraer al público que podría estar interesado en una nueva entrega de la saga, cuando en realidad, el film se titula “El Juego Prohibido”.

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Falta de originalidad y calidad de producción

Uno de los puntos más criticados en la reseña es la falta de originalidad de la película. Raczynski destaca que el film no solo recicla elementos de “Pet Sematary” de Stephen King, sino que también repite fórmulas y clichés de trabajos anteriores del propio director. Este reciclaje de ideas resulta en una película que parece una mala imitación de sus propias obras anteriores, carente de innovación y sorprendente sólo por lo aburrida que resulta ser.

Deficiencias en los aspectos técnicos

La crítica también aborda la baja calidad de los efectos especiales, la falta de coherencia en la trama y el ritmo irregular de la película. Según Raczynski, la película presenta un ritmo que oscila entre lo extremadamente lento y lo apresurado, sin conseguir mantener una atmósfera escalofriante ni ofrecer sustos efectivos. Los personajes son descritos como aburridos y mal desarrollados, y el conjunto de la película se percibe como realizado sin entusiasmo, simplemente para cumplir con un contrato o necesidad financiera del director.

Actuaciones y tono de la película

Raczynski critica severamente las actuaciones, describiéndolas como exageradas y patéticas, particularmente para quienes no están acostumbrados al estilo de actuación japonés. El crítico menciona que este estilo puede parecer ridículo y contribuir a una experiencia de visualización que en lugar de provocar miedo, induce a la risa. Además, el tono inconsistente de la película, que oscila entre melodrama, comedia, y terror, confunde al espectador y no logra establecer una atmósfera coherente.

Reseña final y recomendaciones

En su conclusión, Raczynski desaconseja encarecidamente ver “El Último Conjuro”, calificando la película como un fracaso total en todos los aspectos. Considera que el film es una muestra de la decadencia del cine de terror japonés, que en su día fue pionero en el género pero que ahora solo ofrece producciones sin alma y de bajo nivel. La crítica cierra con una nota amarga, lamentando que una vez más Japón, que solía ser la élite del terror, haya caído en una fórmula que solo provoca desilusión. La calificación final de la película es un contundente “Kristoff vomitando un menos 20”, una forma extrema de expresar el rechazo total hacia la obra.