Jaime Camil revela cuáles escenas de ‘La fea más bella’ no fueron actuadas

Una de las telenovelas más populares de los últimos años en la televisión mexicana, sin duda es ‘La fea más bella’ protagonizada por Angélica Vale y Jaime Camil. Tras el éxito que representó la telenovela colombiana ‘Yo soy Betty, la fea’ en todo latinoamérica durante el año 2000, varios países trataron de replicar esta fórmula, entre ellos México.

‘La fea más bella’ se centra en Lety (Angélica Vale) una mujer poco atractiva pero inteligente que trabaja en una empresa de moda, resonó con una amplia audiencia debido a su mensaje sobre la belleza interior y la superación personal. La telenovela no solo impulsó la carrera de sus protagonistas, sino que también dejó una huella significativa en la cultura pop, siendo una de las telenovelas más recordadas y queridas en la televisión mexicana.

Fue dirigida por Sergio Jiménez y Rogelio Guerra, ambos jugaron un papel clave en la adaptación de la telenovela, logrando capturar la esencia de la historia original colombiana y adaptarla con éxito al contexto mexicano. Gran parte de la popularidad del programa se debió al humor que llenaba cada capítulo, entre chistes, bromas y caídas, la telenovela dejó una marca indeleble en la televisión mexicana.

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Jaime Camil revela que muchas escenas fueron improvisadas

En una reciente entrevista, el actor Jaime Camil, quien actualmente se dedica a conducir los conciertos de La Academia cada domingo, habló sobre su etapa en ‘La fea más bella’. El conductor señaló a la telenovela como uno de los puntos claves de su carrera y reveló que muchas escenas en realidad fueron improvisadas.

Comentó que una de las técnicas de Sergio Jiménez solía dejar correr la cámara a pesar de las caídas y deslices durante la actuación, ya que le gustaba ver a los actores improvisar las escenas y darles un toque más natural, sobre todo a las escenas cómicas y de caídas, lo cual representaba un reto para él y sus compañeros debido a que tenían que contener las risas.

“El profesor Sergio Jiménez que era nuestro director, no cortaba las escenas porque creía mucho en la improvisación y creía mucho en las tonterías que pudiéramos llegar a decir Agustín Arana y yo, entonces nos dejaba correr y nosotros aunque nos estábamos muriendo de la risa no podíamos cortar y teníamos que seguir con la escena.”

—  Jaime Camil