La serie mexicana que sorprende en Amazon Prime Video y que te lleva a los 90
Nadie Nos Va a Extrañar es una serie mexicana que ha llegado a Prime Video, capturando la nostalgia de los años 90 a través de un grupo de adolescentes que viven su vida escolar en 1994.
La serie mexicana Nadie Nos Va a Extrañar ha llegado a la plataforma Prime Video, sorprendiendo a muchos espectadores. Esta serie de ocho capítulos ha logrado capturar la atención de su público gracias a una historia sencilla pero efectiva, que apela a la nostalgia de los años 90, especialmente para aquellos que vivieron esa época en su adolescencia. La trama se centra en un grupo de amigos que cursan la preparatoria en 1994, lo que hace que quienes superan los 40 años recuerden con cariño aquellos tiempos de su juventud.
Nostalgia y simplicidad: El encanto de los 90
El principal atractivo de la serie es su capacidad para trasladar al espectador a los años 90, un período en el que la vida era más simple y descomplicada, dice el crítico de cine Kristoff Raczynski. En aquellos años, los jóvenes no se enfrentaban a los enigmas y misterios de series como Control Z ni a los dramas intensos de Élite o Euphoria. La realidad de esos días era mucho más sencilla: ir a la escuela, escuchar música, hacer tarea y pasar tiempo con los amigos. Todo se reducía a convivir sin la saturación tecnológica que caracteriza a la juventud de hoy. Este retrato de una adolescencia sin complicaciones es, según Raczynski, la verdadera belleza de la serie, que evoca clásicos como Los años maravillosos o Freaks and Geeks.
Además, la serie logra captar la inocencia y la intensidad de la vida adolescente de la época, un tiempo sin internet, donde las relaciones sociales se basaban en largas charlas cara a cara o en interminables llamadas telefónicas. Este enfoque nostálgico, lleno de referencias musicales y culturales, se siente cercano y auténtico, sobre todo para quienes vivieron esa etapa.
El acierto del elenco
Un aspecto que se destaca de Nadie Nos Va a Extrañar es su elenco, compuesto por actores jóvenes que interpretan a los personajes de manera convincente. A diferencia de muchas series, donde los actores adultos interpretan papeles de adolescentes, en esta producción los personajes realmente parecen estar en la edad que representan. Esto otorga mayor credibilidad a la serie, pues los espectadores pueden identificarse más fácilmente con los personajes, quienes no parecen forzados o artificiales.
La música y la producción
Otro acierto importante es el trabajo de la producción, que ha logrado recrear de forma efectiva el ambiente de los años 90. La banda sonora es clave en este proceso, con canciones que transportan al espectador a la época. Sin embargo, Raczynski señala un detalle importante: si bien la música que se escucha en la serie es popularmente asociada con los años 90, muchas de las canciones provienen en realidad de los 80, como las de Caifanes o Héroes del Silencio. Este desajuste temporal, aunque no pasa desapercibido, no empaña del todo la experiencia, pero sí deja claro que los creadores se inspiraron más en el Rock en tu idioma de la década anterior, lo cual resta algo de autenticidad a la representación musical de los años 90.
Los defectos en la historia
A pesar de sus aciertos, Nadie Nos Va a Extrañar tiene varios puntos débiles, principalmente en la escritura. Raczynski critica la falta de profundidad en los personajes, quienes son descritos como estereotipos más que como individuos complejos. Aunque algunos personajes como Alex y Memo tienen más desarrollo, la mayoría de los amigos de la historia parecen estar ahí solo por conveniencia narrativa. La serie nunca profundiza en lo que realmente los une como grupo, lo que hace que su amistad se sienta superficial.
El diálogo es otro aspecto cuestionado, ya que muchos de los intercambios entre los personajes son insustanciales y no aportan nada significativo a la trama ni al desarrollo de los personajes. En particular, la subtrama de Diego y Daniela carece de fundamento y no llega a ningún lado. El hecho de que se nos diga que Diego y Daniela tienen conversaciones profundas, pero luego nunca las vemos, genera una desconexión con el público.
Incongruencias en la trama
Otro problema importante es la falta de coherencia en la historia. Algunas tramas, como la de los chicos que venden tareas, parecen totalmente irrealistas, ya que los estudiantes lo hacen a plena vista de los maestros, quienes no parecen notar nada. Además, en un episodio, Diego se presenta como un personaje que molesta constantemente a sus compañeros, pero nunca se explora a fondo por qué lo hace ni las motivaciones detrás de su actitud.
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Raczynski también se queja de ciertos detalles históricos que no se abordan, como la referencia a eventos relevantes de 1994, como la muerte de Kurt Cobain o el estreno de películas importantes como El Cuervo o Entrevista con el Vampiro, que podrían haber sido una parte natural de las conversaciones entre los jóvenes de esa época. La serie no menciona estos eventos clave, lo que hace que el retrato de la década se sienta incompleto y un tanto artificial.
La influencia de los estereotipos
Finalmente, Raczynski apunta que Nadie Nos Va a Extrañar recurre a ciertos estereotipos que no son propios de México, sino de las producciones gringas. Por ejemplo, la idea de que en los años 90 era un problema social el hecho de que un chico popular pudiera salir con una chica con sobrepeso es una narrativa importada de la cultura estadounidense, pero que en la realidad mexicana de esa época no tenía el mismo impacto.
A pesar de sus falencias, Nadie Nos Va a Extrañar es una serie que logra transmitir la esencia de la adolescencia de los años 90, y Raczynski la califica como una propuesta fresca y agradable dentro del panorama de las producciones mexicanas actuales. Aunque la serie no es perfecta y tiene varios defectos evidentes, como la falta de profundidad en los personajes y algunas inconsistencias en la trama, sigue siendo disfrutable gracias a su sinceridad, su capacidad de evocar nostalgia y su esfuerzo por recrear la época de manera auténtica.
Raczynski finaliza su crítica con una nota positiva, reconociendo el esfuerzo de los creadores de la serie y destacando que, a pesar de los errores, es una propuesta que vale la pena ver. En su opinión, Nadie Nos Va a Extrañar es un buen intento que podría mejorar con el tiempo, y es una señal de que el cine y la televisión mexicanos pueden ofrecer historias más complejas y profundas si se invierte en una mejor escritura y mayor atención al detalle.
A pesar de sus imperfecciones, la serie se lleva una “manita arriba” por parte de Raczynski, quien sigue con la esperanza de que futuras producciones sigan esta línea, pero con más calidad y cuidado en los detalles.
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