Madonna causa controversia por imágenes junto al Papa Francisco creadas con IA

La cantante Madonna sorprendió a sus seguidores al compartir imágenes generadas por inteligencia artificial (IA) que muestran al Papa Francisco muy de cerca con la cantante.

Publicadas en sus historias de Instagram, las imágenes incluyeron al Pontífice vistiendo su traje blanco usual, abrazando de forma provocadora a la artista, una escena alejada del tradicional vestuario del Vaticano. Estos contenidos rápidamente desataron reacciones en redes sociales, evidenciando el impacto de las herramientas de creación digital.

Las imágenes parecen haber sido creadas por el artista digital identificado como RickDick y a quien la artista etiquetó en sus historias de instagram. En las publicaciones Madonna escribió: “Entrando al fin de semana como…” y “Se siente bien ser vista”, lo cual fue interpretado como que la cantante estaba tomando las imágenes con humor.

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Desde el Vaticano, autoridades confirmaron que las imágenes eran digitales y expresaron preocupación por el uso de la IA sin una regulación adecuada. El Papa Francisco, en un discurso en el 2023, advirtió sobre los riesgos de la tecnología empleada sin ética, enfatizando que debe estar al servicio de la humanidad y no a la inversa. Hasta el momento, el Vaticano no ha hecho declaraciones relacionadas a las imágenes compartidas por Madonna.

Reacciones el redes

Las imágenes fueron rápidamente descargadas de las redes de Madonna y compartidas en distintas plataformas, como X. Los usuarios mostraron reacciones mixtas, entre aquellos que no se sorprendieron de la reacción de Madonna, quien es conocida por su inclinación a desafiar los límites culturales y tecnológicos; y aquellos que interpretaron su reacción como una necesidad de mantenerse relevante. Comentarios críticos como: “Ella es muy rara”, hasta halagos: “Amo su sentido del humor” inundaron las publicaciones.

No es la primera vez que Madonna se encuentra en el centro de controversias relacionadas con el Vaticano. En 2006, durante un concierto en Roma, simuló una crucifixión, lo que llevó al cardenal Ersilio Tonino, con aprobación del Papa Benedicto XVI, a considerarlo una blasfemia y a pedir su excomunión.