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Así sería “El Juego del Calamar” en México

Una versión mexicana de “El juego del calamar” incluye mazapanes, canicas y juegos tradicionales, con un toque extremo.

El Juego del Calamar ha sido un fenómeno mundial desde su estreno en 2021, capturando la atención de millones de espectadores gracias a sus intensos y aterradores juegos, además de sus profundas críticas sociales. El 26 de diciembre de 2024, la serie regresó con su esperada segunda temporada, manteniendo la tensión y la emoción que tanto cautivaron en la primera entrega.

Pero, ¿qué pasaría si esta competencia de vida o muerte se llevara a cabo en México? Imagina que participas en busca de liquidar esa deuda interminable con Coppel o, tal vez, para pagar la licuadora en Elektra que ya está a meses sin intereses. Aquí exploramos cómo podrían adaptarse esos temidos juegos del calamar en un contexto muy mexicano.

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Reclutamiento: El desafío de los tazos

En la versión mexicana, el reclutamiento seguiría una dinámica similar a la de la serie original, donde una persona se acerca a potenciales participantes y les propone un juego. En la serie, el reto consiste en usar un origami de papel para voltear otro colocado en el suelo, con la promesa de dinero como recompensa por ganar, o una cachetada en caso de perder.

En México, este juego sería reemplazado por el tradicional desafío de los tazos. La regla es sencilla: cada jugador debe lanzar su tazo para intentar voltear el del oponente. Si el reclutado gana, recibe una recompensa en efectivo, pero si pierde, recibirá una sonora cachetada.

Primer juego: Las estatuas

En el original “Luz verde, luz roja”, los jugadores avanzan mientras una muñeca canta, deteniéndose cuando esta gira para detectar movimientos. En la versión mexicana, “Las estatuas” elimina la canción y cualquier aviso. Los participantes avanzan mientras un escáner aleatorio, detecta movimiento sin previo aviso. El elemento sorpresa añade un nivel extremo de tensión.

Segundo juego: El mazapán

En la serie original, “El juego del panal” consiste en recortar una figura en una lámina de azúcar sin romperla. En la versión mexicana, este reto se transforma en abrir el envoltorio de un mazapán sin que el dulce se quiebre, algo que, como buen mexicano, sabes que es casi imposible. Este juego combina habilidad y paciencia, con la presión añadida de saber que cualquier grieta podría ser fatal.

Tercer juego: El juego del lobo

Como añadido exclusivo de la versión mexicana, este juego incorpora una tradición infantil conocida en todo el país. Los participantes forman un círculo, tomados de las manos, mientras cantan:

Jugaremos en el bosque mientras el lobo no está aquí, porque si el lobo aparece a todos nos comerá. ¿Qué está haciendo el lobo?”

El “lobo”, que es un guardia designado, responde con excusas como “me estoy bañando” o “estoy comiendo”. La dinámica se repite hasta que el lobo grita “Voy por ustedes”, lo que desata el caos, y los jugadores deben correr para escapar. Cualquiera atrapado por el lobo queda eliminado, en un juego donde la nostalgia se mezcla con el terror.

Cuarto juego: La cuerda

En la serie original, “El juego de la cuerda” enfrenta a dos equipos que deben jalar la cuerda hasta derribar al contrario.

En la versión mexicana, este reto se convierte en saltar la cuerda. Los participantes deben saltar mientras suena la canción:

Chile, tomate y cebolla, mete la pata en la olla”

Al terminar la canción, la velocidad de la cuerda aumenta drásticamente. Quedarán eliminados aquellos que hayan obtenido los menores puntajes.

Quinto juego: La batalla de las canicas

En la serie original, “La guerra de las canicas” enfrenta a los jugadores en duelos uno a uno, permitiéndoles elegir cualquier juego con canicas.

En la versión mexicana, el reto se juega en parejas, con una dinámica clásica: en un gran círculo dibujado en el suelo, hay un círculo más pequeño en el centro.

Por turnos, los jugadores deben lanzar su canica con el dedo para posicionarla dentro del círculo más pequeño, sin salir del más grande. Pueden usar estrategias como golpear otras canicas para redirigirlas. Cada pareja compite para acumular el mayor número de canicas posibles; el jugador que no logre sumar suficientes quedará eliminado.

Sexto juego: El juego de las sillas

En la serie original, “El puente de cristal” obliga a los jugadores a cruzar sobre paneles de cristal, algunos frágiles y otros seguros. En la versión mexicana, se reemplaza por el tradicional juego de las sillas. Los competidores caminan alrededor de una hilera de sillas mientras suena música. Cuando esta se detiene, todos deben correr a sentarse; quien quede de pie es eliminado.

En cada ronda se quita una silla, y para hacerlo más extremo, una de las sillas tendrá una trampa que eliminará al jugador que se siente en ella. Además, el juego se lleva a cabo en alturas, lo que añade un peligro mortal. El juego termina cuando sobreviven solo ocho jugadores, quienes avanzan al desafío final.

Juego final: El STOP

En la serie original, “El juego del calamar” enfrenta a los últimos jugadores en una mezcla de estrategia y fuerza física, donde deben avanzar en un campo siguiendo reglas específicas. En la versión mexicana, el juego final es el tradicional STOP.

En el suelo se dibuja un círculo con la palabra “STOP” en el centro, donde los ocho finalistas deben colocar un pie. Cada jugador selecciona un nombre de país, fruta o animal. Uno es elegido al azar para iniciar diciendo:

Declaro la guerra a mi peor enemigo, que es...”, mencionando la elección de otro jugador.

El mencionado salta al círculo gritando “STOP”, mientras los demás corren lo más lejos posible y se detienen al oírlo.

El jugador en el círculo debe calcular el número de pasos que lo separan de alguien y decir el número en voz alta. Si acierta, elimina a esa persona; si falla, es él quien queda eliminado. Los jugadores regresan al círculo, y el último ganador reinicia la dinámica. Esto se repite hasta que solo quede un sobreviviente, proclamado ganador del juego.

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¿Te atreverías a jugar?

Esta versión mexicana de “El juego del calamar” no solo reinventa los desafíos con un toque cultural, sino que también pone en juego el ingenio, la rapidez y la habilidad de los participantes. Con elementos tan arraigados en nuestra tradición, estos juegos despiertan una mezcla de nostalgia y emoción extrema. ¿Te atreverías a jugar?

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