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Top 5 directores que odian sus películas más famosas

Cinco directores reniegan de sus películas más famosas por intervenciones de estudios o por no cumplir su visión.

Top 5 directores que odian sus películas más famosas

No todos los cineastas celebran los grandes logros de su carrera. Para algunos, sus mayores éxitos se convierten en pesadillas que prefieren olvidar. Estos cinco directores han reconocido abiertamente su desdén por las películas que los hicieron famosos, ya sea por diferencias creativas, intervenciones de los estudios o simplemente por no alcanzar la visión que tenían para sus obras.

A continuación, se presentan cinco casos emblemáticos de cineastas que, lejos de sentirse orgullosos de sus películas más conocidas, prefieren dejarlas en el olvido.

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1. Tony Kaye y el caso de Historia americana X

El debut cinematográfico de Tony Kaye, Historia americana X (1998), fue una película impactante que abordó el neonazismo en Estados Unidos. La película, que contaba con Edward Norton en el papel principal, recibió elogios por su crudeza y relevancia social, y se considera una obra maestra. Sin embargo, Kaye nunca estuvo de acuerdo con el resultado final.

La versión que llegó a los cines fue editada sin su consentimiento, con 24 minutos adicionales a la que él había presentado originalmente. Kaye acusó públicamente a Norton de tomar el control del proceso de edición, y, como resultado, desautorizó la película.

Esa no es mi película”

—  dijo el director en varias ocasiones

Esta situación afectó gravemente su carrera, que sufrió un parón de ocho años antes de que pudiera volver a dirigir, sin alcanzar el éxito que había tenido con su ópera prima.

2. Josh Trank y la debacle de Los Cuatro Fantásticos

Josh Trank fue elegido para dirigir la nueva versión de Los Cuatro Fantásticos (2015) con grandes expectativas. Después de haber demostrado su talento con Chronicle (2012), parecía estar en el camino correcto para alcanzar el estrellato. Sin embargo, la producción de la película estuvo marcada por conflictos entre el director y los actores, además de una fuerte intervención del estudio 20th Century Fox.

El resultado final fue un fracaso tanto en taquilla como en crítica. Trank no tardó en manifestar su frustración, publicando un mensaje en redes sociales (luego eliminado) en el que insinuaba que la película hubiera sido mucho mejor si el estudio no hubiera alterado su visión. Esto perjudicó gravemente su reputación, y el director tardó varios años en regresar al mundo del cine.

3. Joel Schumacher y la crítica a Batman & Robin

Batman & Robin (1997), dirigida por Joel Schumacher, es considerada por muchos fanáticos como una de las peores adaptaciones cinematográficas de Batman. Con un tono caricaturesco, diálogos ridículos y una estética colorida, la película fue un desastre tanto en crítica como en taquilla. Tras su lanzamiento, Schumacher sufrió una gran caída en su carrera, a pesar de haber dirigido antes filmes bien recibidos como The Lost Boys (1987) y St. Elmo’s Fire (1985).

En 2017, el director asumió toda la responsabilidad por el fracaso de la película y pidió disculpas a los fanáticos. No obstante, las críticas seguían vigentes, y su carrera nunca se recuperó del todo.

4. Kevin Yagher y el fiasco de Hellraiser: Bloodline

Kevin Yagher, conocido por su trabajo en efectos especiales para franquicias como Pesadilla en la calle Elm y Chucky: El muñeco diabólico, decidió dirigir Hellraiser: Bloodline (1996), la cuarta entrega de la saga de terror creada por Clive Barker. Sin embargo, la intervención del estudio Miramax alteró profundamente su visión original. Se eliminaron 25 minutos de metraje y se filmaron nuevas escenas bajo la dirección de otro realizador.

Tan molesto quedó que pidió que su nombre fuera retirado de los créditos y se usara el pseudónimo “Alan Smithee”. Esta práctica es común en Hollywood cuando un director no desea asociarse con su propia película. Después de este incidente, Yagher nunca volvió a dirigir un largometraje.

5. Alan Taylor y la desilusión con Thor: El mundo oscuro

Alan Taylor, conocido por su trabajo en series como Los Soprano y Juego de tronos, fue elegido para dirigir Thor: El mundo oscuro (2013), secuela de la exitosa Thor (2011). Sin embargo, durante la posproducción, Marvel Studios intervino en el proyecto, alterando la visión del director.

Años después, Taylor expresó su frustración y describió su experiencia en Marvel como “desgarradora”. Aunque la película fue un éxito comercial, muchos consideran que es una de las entregas más débiles del Universo Cinematográfico de Marvel. Taylor se distanció completamente de la película, dejando claro que no volvería a trabajar bajo condiciones similares.

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La amarga relación entre éxito y frustración

Aunque el cine es un esfuerzo colectivo, en el que intervienen muchas personas, estos directores se vieron atrapados por el peso de la fama que sus películas les otorgaron. Para ellos, esas películas fueron un recordatorio constante de las dificultades creativas y las intervenciones externas que dificultaron la realización de su visión original.

A pesar de que las películas de estos cineastas se convirtieron en éxitos para el público, ellos prefieren dejarlas atrás. La fama, en ocasiones, se convierte en una maldición.

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