Abuso infantil: Amelia Cline renunció a la gimnasia cuando tenía 13 años tras una serie de abusos por parte de sus entrenadores
"El deporte no debería producir cosas como trastornos alimentarios, autolesiones o trastornos de estrés postraumático", alegó Cline al contar la historia de su vida.
CANADÁ.- La canadiense Amelia Cline amaba la gimnasia; no sentía miedo de nada. Como todas las niñas, disfrutaba de aprender a dar vueltas y sentía que su vida en ese entonces le daba la oportunidad de explorar los límites de la gravedad.
Desde su casa en Vancouver, recuerda para CNN cómo todos aquellos primeros recuerdos que conserva están cargados de felicidad y alegría, tal como deben ser los recuerdos de una niña.
Un verdadero talento innato, pues con tan sólo dos años de edad, Amelia tenía un interés obvio en la forma en que hacía “pequeñas dominadas de bebé” en el mostrador de la cocina de su casa.
Con el tiempo, su talento y amor por la gimnasia la hicieron convertirse en una atleta de seriedad; a los nueve o diez años de edad, ya había superado a sus estrenadores locales y comenzó a entrenar en un club de élite que quedaba a una hora de su casa.
La oscuridad vino para apagar una gran luz
Todo ese amor por el deporte crecía día con día, pero todo cambió cuando Vladimir Lashin y su esposa Svetlana se convirtieron en el nuevo equipo de entrenadores. Todo se oscureció rápidamente ante los ojos de Cline.
Insultos, lenguaje abusivo, gritos y humillaciones eran una constante: “Esto es una basura, tú eres una basura”. No pasó mucho tiempo para que estos entrenadores también usaran la violencia física contra la entonces pequeña niña.
Estaba calentando para un split de pie y mi tendón de la corva se sentía muy apretado. Él se molestó mucho. Dijo algo como ‘estás fingiendo, intentas no hacer este estiramiento’, así que me dio la vuelta, me agarró la pierna y me la colocó detrás de la oreja a la fuerza”, mencionó Cline.
Un grito y el dolor cegador insoportable es algo que permanece en sus recuerdos más presentes. Le partió el tendón de la corva completamente y le quitó parte de la pelvis. Sus sensaciones ya registraban un dolor punzante y el entrenador nunca se disculpó ni arrepentió de lo que había hecho; por el contrario, la acusó de mentir y se quitó cualquier responsabilidad por la lesión.
No me ofrecieron tratamiento médico, nadie llamó a mis padres. Creo que terminé cojeando hasta el vestuario y llamé a mis padres para que me llevaran al hospital", dijo Cline.
En los próximos años sufrió múltiples lesiones y fracturas. El entrenador la forzaba a hacer tareas sumamente arriesgadas con reprendas en caso de no cumplirlas "a la perfección".
El sufrimiento la orilló a abandonar su carrera y su sueño
Repetidas veces sufrió este abuso por parte de Lashin, hasta que llegó un día en que mientras daba vueltas por el aire, se dio cuenta de que no podía seguir sufriendo estas humillaciones y optó, lamentablemente, por abandonar el deporte.
Fue un tormento y un gran conflicto emocional y psicológico al que se enfrentó al abandonar su sueño de competir en los Juegos Olímpicos y su carrera que tanto solía amar. Tenía sólo 13 años y varios de ellos los vivió siendo víctima de abuso por parte de su entrenador.
Las crisis que se han enfrentado dentro del mundo de la gimnasia han ido de una a otra, desde abusos psicológicos, físicos y sexuales.
CNN intentó localizar a los entrenadores por múltiples medios, pero no lograron dar con ellos. Se cree que pudieron haber huido de Canadá.
La demanda es el inicio de un proceso largo
Amelia Cline hizo pública su vida a través de su blog. Aún tiene habilidades de gimnasia y ahora ejerce la profesión de abogada.
Cline es la demandante representante en una demanda colectiva que se dió contra Gymnastics Canada y media docena de órganos rectores provinciales, donde se incluye Gymnastics BC, que habría supervisado el gimnasio en el que Cline sufrió esta serie de abusos.
Aunque no figuran como acusados, tanto Vladimir como Svetlana Lashin se mencionan en las alegaciones de la demanda, que detalla su incidente de lesión por salto y "casi a diario, abuso físico, inextricablemente vinculado a una cultura de abuso psicológico" y "contacto físico inapropiado". ."
La demanda también dice que en lugar de enfrentar el castigo por su conducta abusiva, Vladimir y Svetlana fueron recompensados, tanto por Gymnastics BC como por Gymnastics Canada: Vladimir fue nombrado entrenador del Equipo de Canadá en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y luego ascendido a Entrenador Nacional/Director de Alto Rendimiento en Gimnasia Artística Femenina en 2009.
Cline no es la primera ni la única que ha sufrido abuso en el mundo de la gimnasia
Varias gimnastas canadienses han presentado demandas donde se alega abuso sexual, físico y psicológico, además de complicidad institucional que permite que el maltrato siga prosperando.
La demanda es una primera etapa de un proceso legal complicado que podría escalar mucho y tardar años en resolverse.
Cline admitió que el deporte de gimnasia siempre significará un riesgo de lesión, pero considera que las lesiones se mitigarían con métodos de entrenamiento saludables. Ciertamente, no cree que el trauma psicológioco deba ser inherente al deporte; “no debería producir cosas como trastornos alimentarios, autolesiones o trastornos de estrés postraumático”.
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