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¡Avándaro Yeah!

Armando Nava, guitarra, voz y líder de los Dug Dug’s asegura que el rock mexicano pagó un alto precio por aquel mítico festival

¡Avándaro Yeah!

Tijuana BC.- El pañuelo en la frente se mantiene, pero el cabello que hasta hace poco lucía invariablemente un negrísimo tinte se ha ido para dejar que sus canas hablen por si solas de su experiencia y el largo camino recorrido.

Armando nava es hoy, a sus 75 años, un guerreo del rock, más que un aferrado un ferviente creyente de su banda, los Dug Dug’s, de su música y de su instrumento, un orgulloso abanderado de la psicodelia.

A 50 años del Festival de Rock y Ruedas de Avándaro permanece como uno de los pocos artistas de aquel elenco que mantuvo su sueño musical casi intacto.

Este fin de semana se cumple el medio centenario del que para muchos fue el evento musical definitorio de una época en México en la que los jóvenes abrazaban con fuerza el rock, género musical que les permitía dar salida a sus emociones reprimidas por un ambiente opresor impulsado por el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz.

Tlatelolco en el 68 y “el halconazo” de apenas unos meses atrás permanecían muy frescos en la memoria de aquellos jóvenes que evidentemente necesitaban de un espacio de libertad que terminaron encontrando en un concierto para el que nadie estaba preparado.

El 11 y 12 de septiembre de 1971 se realizó en Valle de Bravo el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro para el que la expectativa inicial era baja, pero conforme se fue promocionando de boca en boca se hizo evidente que aquello se estaba convirtiendo en algo especial.

Mano negra

Los Dug Dug’s son recordados por muchos, aseguró, por ser la banda a la que correspondió abrir el concierto a las 20:00 horas de aquel sábado 11 de septiembre. Fueron los primeros en enfrentarse al “mar” de gente que se abría frente al escenario.

“Nuca se pensó que fuera a ser eso”, recuerda Armando Nava al referirse a la cantidad de gente que llegó a Avándaro.

“Se dice que se hizo o se quiso hacer un festival igual al de Woodstoock, pero no es cierto, esa es una mentira. Esto no es lo que se esperaba”.

No hay cálculos certeros de la cantidad de asistentes al festival, pero los más conservadores estiman arriba de los 100 mil, cuando los organizadores esperaban algunas decenas de miles.

Iniciar el festival era una situación a la que ninguno de los grupos se quería enfrentar, señala el músico duranguense, pero a la hora de organizar el orden de presentación de las bandas les tocó lo que en aquel momento consideró, la peor parte.

Ahí hubo mano negra, pero ya era imposible hacerla de cuento o cambiar. Ya lo que queríamos era tocar y salir adelante con el compromiso, pero déjame decirte que aunque haya habido mano negra, todo mundo nos recuerda porque fuimos los primeros que tocamos, porque nosotros empezamos el festival, lo que no pueden decir los demás grupos”

Recuerda.

Con la perspectiva que le da el tiempo, ahora reconoce que quienes buscaban perjudicarlos en aquel entonces terminaron beneficiándolos.

“No fue un sonido profesional, el sonido que se hizo ambiental fue con todo el equipo que pusimos, nuestros aparatos para tener un sonido grande, o mas bien que más o menos se escuchara, con las bocinas distribuidas un poco alrededor de nosotros”, recuerda Nava.

Ninguno de los organizadores era un profesional, uno de ellos se encargaba de organizar cada año la carrera de automóviles, pero hasta ahí, aunque al integrar el tema de las bandas también se metió Luis de Llano.

“Fue increíble, padrísimo porque toda la gente respondió, sobre todo porque la gente empezó a responder y corear “Yeah!”, Incluso fue un grito que se puso muy de moda en los titulares de revistas de la época que reseñaron el concierto”, recuerda con evidente orgullo.

No pasó nada

En Avándaro no pasó nada, dice Armando Nava, rechazando por completo los encabezados de los periódicos y revistas sensacionalistas que dieron cuenta del festival.

“Nada pasó, absolutamente nada, terminó a las nueve de la mañana (Del domingo 12 de septiembre) porque el último grupo fue a las ocho, que fue el Three Souls in my Mind”, asegura.

“El sábado era el concierto y el domingo sería la carrera. Yo estuve ahí desde el miércoles cuando empezaron a levantar tiendas para la vendimia, cuando empezó a llegar la gente. Es mas nosotros tocamos el viernes sobre el escenario un palomazo, algo de los Beatles y la gente haciendo coros con nosotros cantando 'Hey Jude'.

“Eso para mi fue el espíritu del festival, no quiero decir que cuando tocamos el sábado no estuvo genial, pero ese fue el espíritu, no hubo ningún acelere, ningún problema, la gente muy tranquilita sentada, cantando. No hubo excesos, hubo gente que estaba tomando que

era la que estaba gritando o echando madres, pero de eso no pasaba. No pasó nada, no hubo un pleito o un herido”, recuerda.

El principio del fin

Cuando se le cuestiona a Armando Nava sobre lo que el Festival de Avándaro significó para él, lo tiene muy claro.

Si bien el evento fue todo lo grandioso que la mayoría de los músicos y asistentes recuerdan, aseguró, significó también el principio del fin para muchas bandas y la escena rockero en general.

“Dejó una huella muy palpable, pero Avándaro fue también la terminación de un movimiento rockero que estaba gestándose en ese tiempo, donde habíamos grupos que traíamos algo que ofrecer musicalmente. Toda una gama de diferentes tipos de música.

“Realmente estuvo padre tocar ahí, y es uno de los (festivales) más grandes del mundo, pero a partir de ahí los grupos se empezaron a desbaratar y los únicos que nos mantuvimos vigentes fuimos nosotros”, lamenta.

La “satanización” que el gobierno y los medios de comunicación hicieron de Avándaro acabó con la escena rockera, que particularmente se desarrollaba en la Ciudad de México y que empezaba a cobrar forma con grupos que se atrevían a ofrecer una propuesta musical propia, señala.

Inmediatamente después del festival los espacios se empezaron a cerrar y los pocos que se mantuvieron no eran suficientes para permitir que los músicos se mantuvieran de su arte.

“En México no se podía mencionar en la radio la palabra Avándaro porque si se hablaba del concierto el gobierno les ponía una multa o les quitaba la licencia.

“Nosotros tuvimos la fortuna y la certeza, sobre todo, de tener la inquietud en ese tiempo de buscarle por otros lados, ellos no le buscaron porque no tuvieron esa visión o esas ganas. Yo empecé a hacer giras sobre el Pacífico y parte de Baja California Sur,

pasábamos seis, ocho meses de gira por todos los pueblos, en Ciudad Constitución, Guerrero Negro, Ensenada en todos esos lugares, hasta Cabo San Lucas que en ese tiempo no había nada, vivía pura gente humilde, los pescadores y los pangueros, nada mas”, señala.

Celebran 50 años

Este sábado 11 de septiembre, en el 50 Aniversario del Festival de Rock y Ruedas de Avándaro Armando Nava y una buena parte de los Dug Dug's participaran en una de las celebraciones.

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