De famosos a victimarios; la fuerte ola de denuncias en contra de famosos y la reacción de sus televisoras
Cómo actuar como empresa mediática cuando algún elemento es denunciado por algún delito, principalmente sexual y violencia.
CIUDAD DE MÉXICO.- Ante el incremento de testimonios y denuncias hacia figuras públicas, la industria del entretenimiento, por ejemplo, cada vez presta más atención hacia la relación laboral y de imagen pública que se tiene con un artista cuando éste es acusado por delitos sexuales, violencia, agresiones, situaciones o comentarios discriminatorios, racistas y de incitación al odio.
El abogado y especialista, José Antonio Ávalos Gutiérrez, docente de la Universidad Panamericana, explica diversas situaciones en cómo las figuras públicas y las empresas (televisivas, radiofónicas, cinematográficas, de plataformas digitales y agencias de representación de talento) actúan cuando alguien de su elenco o equipo de trabajo se ve inmerso en una denuncia tanto en redes sociales hasta cuando se llega a los tribunales.
“En el caso de las figuras públicas, desde la perspectiva laboral, está el apartado de ‘Trabajos especiales’, donde se tienen reglas específicas para operar, pero cuando es un tema por acoso, hostigamiento o alguna razón de este tipo, evidentemente sigue la misma regla —aplicada— para los demás trabajadores —de cualquier otro rubro—, que es una causal de recisión laboral, que en este caso, la productora o televisora puede usar para cesar una relación de trabajo con una figura pública”.
A raíz del movimiento #MeToo en Hollywood, actores, cantantes, productores y directores hombres en su mayoría, han sido acusados y denunciados por familiares, parejas sentimentales, colegas del gremio o de proyectos en particular y por fans, por ejemplo, que han hecho públicas situaciones de agresión física, sexual, emocional y abuso de poder, a tal grado que figuras como Harvey Weinstein han sido encarcelados y desvinculados totalmente de proyectos activos de las grandes empresas creadoras de contenido.
“Hay dos perspectivas, desde la parte legal en México eres inocente hasta que se muestra lo contrario. En redes sociales podrán decir lo que sea de mí o de cualquier figura pública, y desde esta perspectiva meramente legal yo soy inocente hasta que se demuestre lo contrario. Desde la parte social, mediática y comercial a una televisora le pega muchísimo estar promoviendo una obra de alguien que presuntamente tiene que ver con algo malo, porque la percepción de la gente es que la televisora está fomentando el apoyar a alguien que está teniendo una conducta que no es socialmente correcta”.
¿Cómo se procede?
En los últimos años, la industria del entretenimiento en México ha volteado los reflectores hacia sus propias entrañas al ver cómo el nombre y rostro de populares figuras públicas son llevados a juicios sociales y legales con el impacto suficiente para truncar una trayectoria o un proyecto en su totalidad.
Figuras como los youtuber Ricardo González (Rix) o Yoseline Hoffman (YosStop), el presentador Andrés Roemer, actores como Eleazar Gómez, Ricardo Crespo, y recientemente Gonzalo Peña, suspendido de la telenovela “¿Qué le pasa a mi familia?” (del productor Juan Osorio), han sido denunciados ante las autoridades por supuestos delitos sexuales, que van desde violación equiparada, abuso de poder, difusión/almacenamiento de contenido no autorizado y/o complicidad, por ejemplo, que ha llevado a distintas plataformas, productoras y proyectos a terminar o suspender su relación laboral y pública, como también sucedió con José Manuel “Chumel” Torres, que derivado de una polémica por comentarios considerados racistas y discriminatorios, su programa “Chumel con Chumel” en HBO Latin America fue suspendido por la televisora.
“¿Es recomendable parar la producción de un proyecto? La respuesta es depende, porque hay que conocer el contrato para saber a qué obliga la televisora y qué impacto económico tenga el parar una producción por una publicación —por ejemplo— en redes sociales”.
El especialista puntualiza que las causales de recisión, para poder despedir a un trabajador, están en la ley del trabajo desde 1970, pero en el caso de figuras públicas y sus contratantes como las televisoras, en ocasiones no se le da tanto peso a la parte laboral ante la imagen pública que ambas partes representan entre sí y ante la audiencia meta.
“Desde la perspectiva legal, la figura pública que considera que el despedido es injusto, que no debieron haberlo despedido o suspendido su proyecto, evidentemente tiene una acción o una demanda en contra de la televisora que lo haya decidido (…) a la figura pública le queda un derecho ante los tribunales laborales al decir que lo corrieron injustificadamente por una supuesta publicación de una supuesta conducta que hizo, pero que no está acreditada”.
Añade que cuando los medios de comunicación dan seguimiento y mayor atención al caso de un famoso, también tienen responsabilidad sobre la información que se comparte y su origen y fuente, tanto de la víctima como del acusado y así evitar futuras demandas por difamación o daño moral.
El uso de redes sociales
El abogado José Antonio Ávalos Gutiérrez expone que el denunciar desde redes sociales, previo a una denuncia ante las autoridades correspondientes, puede desencadenar diversos factores que, por un lado brinden mayor voz, una red masiva de apoyo y herramientas hacia la víctima y que las autoridades atiendan o reaccionen con rapidez hacia el caso, pero también puede brindar las mismas posibilidades hacia el acusado ante un posible daño moral cuando no se logran acreditar los hechos que se le acusan.
“En redes sociales, si yo publico algo en contra de alguien, evidentemente hay un daño moral hacia la víctima como hacia la figura pública. Si la figura pública logra acreditar que no existió nunca ningún daño, que nunca tuvo una conducta de este tipo de la cual lo están denunciando, si durante el juicio se comprueba que no es cierto que hubo un tema de abuso, evidentemente hay un daño moral hacia la figura pública y está pudiera demandarle el daño moral a quien lo exhibió en redes sociales y tendría que haber un reparación del daño”.
Enfatiza que cuando un hecho de abuso salta públicamente y hay figuras públicas de por medio y los medios de comunicación dan seguimiento, tanto a la víctima como al acusado, los casos suelen trabajarse con mayor rapidez ante lo mediático de los involucrados: “la persona al ser famosa tiene más impacto social en la gente y también las autoridades les es más rentable o redituable para dar a conocer que están haciendo bien su trabajo”.
La accesibilidad e inmediatez con la que se puede saltar a la fama a través de las plataformas digitales también implica nuevas reglas de juego para la persona que aspira a ser figura pública, pues aunque no existe una legislación internacional que regule las dinámicas de internet, cada plataforma comienza a reforzar los criterios de su contenido para evitar verse involucradas ante usuarios denunciados si es que no hay contratos u obligaciones laborales directas.
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