Isabella y Matías no dejan de conocerse y amarse
La pareja de actores consideran que ser esposos y colegas tiene sus ventajas pero con un límite
Hace dos años que Isabella Castillo y Matías Novoa están casados. Ninguno pensaba que pudiesen llegar a eso, porque mientras ella vivía en Miami, él radicaba en México.
La actriz de la serie Grachi y el actor de El señor de los cielos desde que se conocieron, congeniaron. Fueron amigos antes que pareja. Un día, decidieron formalizar la relación.
Ahora con motivo del 14 de febrero, responden unas preguntas, algunas en broma, otras en serio.
Decía John Lennon que la ventaja de tener a Yoko Ono todo el día en el trabajo permitía que en casa no peguntaran cómo les había ido en el día, ¿qué ventaja es casarse con un actor o actriz?
Matías Novoa: Mucha, nuestra carrera es complicada, ser actor no es fácil. Se trabaja con las emociones, es un trabajo inestable, de repente somos emocionalmente complicados. Tenemos subidas y bajadas, a veces estamos sin trabajo y todo eso afecta. No me meto en la creación de sus personajes y ella en lo mio tampoco, quizá podemos dar un consejo, pero hasta ahí.
Isabella Castillo: Muchas ventajas tiene eso (risas). Tenemos cambio de personalidad de un momento a otro, somos muy sensibles en lo general. Siempre nos decimos que debemos ponernos de acuerdo, ya nos conocemos, si estuviéramos con una persona normal, quizá no nos entenderíamos.
¿Qué has descubierto de la otra persona?
MN: No he parado de descubrir cosas nuevas, pero si he descubierto su parte creativa.
IC: El es muy oganizado y yo soy un desastre. Como la mayoría de actores, no tenemos orden en nuestras vidas, pensé que él era igual y no.
¿Cuál ha sido el mejor regalo que te ha dado?
MN: Más que materiales, son cosas como que me deja cartas. Ahora hemos estado separados, ella se fue a grabar a México y me deja mensajitos.
IC: Que entrara a mi vida.
¿Cuál ha sido el pleito más tonto que han tenido?
MN: Escoger de qué color pintar una pared (risas).
IC: Yo amo el queso y él no, o decirle que no me había traido tales chocolates sino otros.
¿Se han puesto reglas entre ustedes, como no hablar de trabajo en casa?
MN: Ya nos tocó trabajar juntos y lo pasamos bien, es difícil llegar a casa y seguir conectados al trabajo.
SC: Somos compañeros. Hablamos el mismo idioma, y eso es terapéutico.
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