¿Quién era Amada Díaz y por qué su papel es tan relevante en "El Baile de los 41"?

CIUDAD DE MÉXICO. – Amada Díaz Quiñones, primogénita de Porfirio Díaz, nació el 7 de abril de 1867, fruto de la relación entre el político y Rafaela Quiñones, de quien solo se sabe que fue una mujer indígena del municipio de Huamuxtitlán en el estado de Guerrero.

Al cumplir los 12 años, Amada Díaz se mudó con su padre, pues su madre le cedió la patria potestad al gobernante, mismo que la había pedido desde ocho años atrás.

Cuando la primera esposa de Porfirio Diaz falleció, este se volvió a casar, esta vez con Carmen Romero Rubio, quien se encargó de cuidar a los hijos del político. Romero, según como cuenta la historia, tuvo una buena relación con Amada y los demás hijos del general.

Amada Díaz y su relación con Ignacio de la Torre y Mier

Díaz conoció a Mier en un baile de primavera de 1887, pronto se hicieron novios y un solo un año después contrajeron matrimonio. La historia cuenta que la relación entre ambos estuvo llena de escándalos debido a las preferencias sexuales de su esposo, y en sus años de casados, la pareja no tuvo hijos.

De acuerdo con los diarios de Amada, la luna de miel no fue cómo se lo esperaba, pues Mier postergó varias noches su primer encuentro sexual, asegurando sentirse cansado o abrumado por el trabajo.

El baile de los 41

Luego de que se diera a conocer lo de sucedió en El baile de los 41 y los crecientes rumores sobre la homosexualidad de su esposo, Amada Díaz optó por quedarse en Ciudad de México.

Tiempo después, Venustiano Carranza encarceló a Ignacio de la Torre acusándolo del asesinato de Francisco I. Madero y José María Pino Suárez.

Según la historia, Ignacio fue capturado y torturado por el ejército Zapatista, pero logró huir a Nueva York, dejando a su esposa sola y con una gran cantidad de deudas.

Los últimos años de Amada Díaz

Luego de ser abandona por su esposo, Amada Díaz quedó con grandes deudas, por lo que tuvo que vender las propiedades que poseía.

Posteriormente, los carrancistas decidieron devolver a Amada algunas de sus propiedades, mismas que ella decidió vender al militar y político mexicano Maximino Ávila Camacho.

Amada Díaz murió en Ciudad de México el 22 de agosto de 1962 a los 96 años. En sus últimos años, la hija de Porfirio Díaz vendió sus propiedades y pertenencias para continuar pagando las deudas de su esposo.