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La bulimia modifica el cerebro

Imágenes de resonancia magnética (MRI, por sus siglas en inglés) sugieren que los cerebros de mujeres con bulimia nerviosa reaccionan de manera diferente a imágenes de alimentos después de eventos estresantes que los cerebros de mujeres sin bulimia, según concluye una investigación publicada por la Asociación Americana de Diabetes en el Journal of Abnormal Psychology



En las mujeres con bulimia, los investigadores encontraron una disminución del ujo sanguíneo en una parte del cerebro asociada con la autorreexión, en comparación con el incremento del ujo sanguíneo en las mujeres sin bulimia. Esto sugiere que las bulímicas pueden estar usando la comida para evitar pensamientos negativos sobre sí mismas, plantean los investigadores.



DISMINUYE EL FLUJO SANGUÍNEO A UN ÁREA CEREBRAL



Lo sorprendente fue que, aunque los patrones de los resultados sobre los que informaron las participantes fueron similares para ambos grupos, los dos grupos mostraron respuestas cerebrales muy diferentes en sus exploraciones de MRI, según Fischer. Para las mujeres con bulimia, el flujo sanguíneo a una región llamada el precuneus disminuyó, mientras que, en el caso de las mujeres sin el trastorno alimentario, el flujo sanguíneo a esta región aumentó.



El precuneus está involucrado en el pensamiento sobre el yo. "Esperamos ver un aumento del ujo sanguíneo en esta región cuando alguien está involucrado en la autorreexión, la meditación o la autocrítica", dice Fischer. En el segundo experimento, los investigadores solicitaron a 17 mujeres con bulimia nerviosa que completaran la misma tarea que las mujeres en el primer estudio, a n de examinar si los hallazgos podrían replicarse en una muestra diferente de mujeres.



"Nuestros resultados fueron los mismos en el segundo estudio", arma Fischer. "Las mujeres informaron de aumentos en el estrés después de la tarea de estrés e incremento del deseo de alimentos después de ver las señales de alimentos.



Más importante es que el ujo sanguíneo a la misma región, el precuneus, disminuyó al ver las señales de alimentos después del estrés", detalla esta investigadora. Collins cree que esta disminución del flujo sanguíneo en las bulímicas sugiere que la introducción de los alimentos apaga el pensamiento autocrítico en las bulímicas y les da algo en que concentrarse en vez de la dolorosa perspectiva de lidiar con sus propias deciencias.



Los psicólogos han teorizado previamente que la alimentación compulsiva proporciona a las mujeres bulímicas un enfoque alternativo a pensamientos negativos sobre sí mismos que pueden ser provocados por el estrés, una teoría que, según Collins, apoya su investigación.



"Nuestros hallazgos son consistentes con la caracterización de comer compulsivamente como un escape de la autoconciencia y apoya las teorías de la regulación emocional que sugieren que las mujeres con bulimia se alejan de la autoconciencia a causa de pensamientos negativos sobre el comportamiento o comparaciones sociales y cambian de enfoque a un estímulo más concreto, como la comida", argumenta Collins.



Los resultados de estos experimentos también podrían sugerir una base neurobiológica para el uso de los alimentos como distractor durante los periodos de estrés en las mujeres con el trastorno, plantea. Los investigadores solicitaron más estudios para conrmar sus resultados, que denominaron preliminares.


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