Todo lo que debes saber de la amoxicilina

De acuerdo a la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, la amoxicilina se utiliza para tratar infecciones como amigdalitis, otitis media aguda, sinusitis, neumonías, infecciones de orina, infecciones de piel e infecciones dentales y también  bronquitis, infección en en oídos, nariz, garganta, tracto urinario y piel.

Sin embargo, es importante que conozcas que hay algunas personas que tienen reacción a este tipo de antibiótico, la más frecuente es en aquellas con antecedentes de alergia, asma, fiebre del heno o urticaria. 

Inflamación del colon. Diarrea, náuseas, vómito y diarrea, ansiedad, insomnio, confusión y cambios de comportamiento. 

María José Coronado, María José Domínguez y Clara Alonso, farmacéuticas del Centro de Información del Medicamento (CIM) del Colegio Oficial de Farmacéuticos (COF) de Huelva en España coinciden en que uno de los errores más habituales es utilizar la amoxicilina para tratar los resfriados. “Tampoco actúa frente a infecciones causadas por bacterias resistentes a este antibiótico en concreto”, añaden.

Por eso hay que estar muy atentos cuando se comience un tratamiento con antibióticos para que pueda hacer mejor efecto. 

Se recomienda no abandonar la toma antes de finalizar el tratamiento. Al dejar de tomar antibióticos antes del tiempo indicado, la infección puede volver a aparecer. 

No tomar el antibiótico a la hora que corresponde: esto puede provocar que la infección se extienda de nuevo. Se recomienda tomarlo a la misma hora todos los días.

No es necesario tomar amoxicilina acompañada de un protector de estómago como el omeprazol. 

Un punto importante en saber es que la amoxicilina, al igual que otros antibióticos, disminuye la eficacia de los anticonceptivos orales, ocasionado un posible riesgo de embarazo.

Con información de CuidatePlus y Salud180.com