Quince meses de pandemia de Covid: Qué hemos aprendido y en qué hemos fallado
La <strong>pandemia </strong>era una amenaza altamente probable, pero haberla ignorado nos ha hecho pagar un precio todavía más alto.
Desde que en febrero de 2020 el virus de la covid-19 empezó a expandirse por todos los países del mundo, nuestras vidas han cambiado radicalmente. Las consecuencias biológicas, psicológicas, sociales y económicas han sido devastadoras.
La pandemia era una amenaza altamente probable, pero haberla ignorado nos ha hecho pagar un precio todavía más alto. Para que esta pandemia no se convirtiese en sindemia, tal y como ha ocurrido en todos los países del mundo, se debería haber realizado una visión de Salud Pública más allá del ámbito sanitario.
Por eso, 44 investigadores, investigadoras y profesionales de múltiples ámbitos, hemos dirigido una mirada multidisciplinar y basada en la evidencia para analizar lo que ha pasado, dónde hemos fallado y lo que hemos aprendido. De esta forma, podremos superar lo que nos queda de esta crisis de la mejor manera posible.
Para ello, hemos planteado una reflexión sobre lo ocurrido en más de una docena de ámbitos, aunque aún podrían incluirse más que también son clave. Por eso, este trabajo se plantea como un principio y no un final. Así ha nacido el Libro Blanco.
Restricciones, vacunación y sistema sanitario
Se han presentado 175 propuestas desde distintos puntos de vista. El primero de ellos es el referido a la Sanidad, donde se han analizado las siguientes ideas:
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La sanidad sociosanitaria. Las propuestas se basan en reforzar el sistema público, lograr un sistema asistencial eficaz y eficiente y pensar cómo queremos cuidar a las personas mayores. Asimismo, se pretende aumentar la Atención Primaria al 25 % de los presupuestos sanitarios y duplicar los de Salud Pública para lograr un equilibrio adecuado.
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Las medidas no farmacológicas. Se ha revisado el efecto ping pong de la implantación y eliminación de las restricciones. Además, se han propuesto medidas de vigilancia, prevención y control mejor gestionadas.
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Respecto a los planes de vacunación, las propuestas se basan en crear una comisión de personas expertas independientes para el control, seguimiento, mejora y actualización de los efectos secundarios de la vacunación. También se plantea una comisión similar para las diferentes variantes del virus. Por último, es necesario definir un plan de vacunación sólido basado en la evidencia disponible y las recomendaciones de expertos.
Además, se ha considerado imprescindible elaborar un plan para garantizar la repartición equitativa de las vacunas y asegurar que no se pierda ninguna dosis. También se debería priorizar la vacunación de los grupos poblacionales con mayor mortalidad y personas que no hayan sufrido una infección previa.
Por último, pretendemos que se garantice el acceso a los datos crudos y el escrutinio independiente de los resultados de los ensayos clínicos de las vacunas.
Las autoridades competentes deberán garantizar los acuerdos y objetivos del C-TAP y el mecanismo COVAX (para un acceso equitativo a las vacunas) y exigir que se suspendan temporalmente las patentes de las vacunas. También es fundamental la integración de la I+D+i.
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Asimismo, el libro recoge medidas psicológicas (las grandes olvidadas de esta pandemia) para todos los grupos poblacionales y se proponen hábitos saludables de actividad física y alimentación.
Mejoras económicas de cara a una crisis futura
En la sección de economía las personas expertas analizan dos temas para hacer frente a la crisis.
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Factores socioeconómicos. Se ruega reducir la temporalidad del empleo público, realizar un seguimiento de la desigualdad y reflexionar sobre medidas fiscales.
Asimismo, se ha considerado fundamental asegurar el cobro del Ingreso Mínimo Vital, dotar a los servicios sociales municipales de partidas económicas y generar nuevos puestos de trabajo.
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La micro y mesoeconomía. Se recomienda crear un sistema para la recuperación de cada sector y dejar espacio a las empresas en la toma de decisiones que les afecten.
Por otra parte, se debe trabajar en la diversificación de abastecimientos de bienes y servicios básicos, generar una adecuada colaboración público y social, poner en marcha ayudas de acceso al empleo adaptadas a cada tipo de colectivo. Todo ello sin olvidar las tres grandes transiciones: la verde, la digital y la sociodemográfica.
Comunicación directa y clara, una tarea pendiente
Por su parte, en el Ámbito social se han recogido reflexiones sobre tres temas:
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La política de comunicación. Durante la pandemia hemos aprendido que debemos dar a la ciudadanía explicaciones claras, comprensibles y rigurosas, priorizar la calidad (antes que la cantidad y la frecuencia) y ofrecer datos actualizados.
También es importante cuidar la comunicación emocional y fomentar la presencia de portavoces competentes en las lenguas oficiales. El objetivo es que esta comunicación facilite la vida cotidiana de los ciudadanos y que se escuche a la ciudadanía, favoreciendo una comunicación bidireccional.
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Gestión de los datos. Se propone publicar datos actualizados de una forma transparente, habilitar su accesibilidad, centralizar la información e interpretarla de forma preliminar.
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El marco legal. Se propone definir en una ley autonómica sobre las medidas adoptables en el caso de pandemia, avanzar en la aprobación del reglamento que ha de desarrollar la Ley General de Salud Pública y crear un organismo de coordinación más eficiente entre Comunidades Autónomas.
Es fundamental, además, adecuar determinadas leyes teniendo en cuenta los posibles regímenes sancionadores orientados a garantizar el cumplimiento de las medidas adoptadas.
Protección de la infancia e innovación en las aulas
Finalmente, en lo que a la Educación se refiere, se han realizado propuestas en cada uno de los niveles educativos:
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Adoptar medidas legislativas y de protocolo dirigidos a la infancia teniendo en cuenta su vulnerabilidad.
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Priorizar los espacios exteriores, el uso de la naturaleza e introducir medidas curriculares enfocadas a los cuidados y la gestión de emociones.
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En las escuelas, instalar nuevos recursos de prevención sanitaria como mascarillas transparentes, pruebas menos invasivas para los menores y monitores CO₂. Asimismo, es importante reformular la organización dirigida a grupos burbuja, comedores, transporte o entradas y salidas de los centro.
En cuanto a la etapa universitaria se han realizado las siguientes propuestas:
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Integrar a todos los agentes educativos en la toma de decisiones y mejorar los canales de comunicación para transmitir claramente al profesorado y alumnado lo relativo a protocolos.
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Facilitar, ampliar y ofrecer espacios para que la vida universitaria se desenvuelva con calidad: espacios de trabajo, descanso, comedor, transporte, etc.
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Incorporar nuevas metodologías, como plataformas digitales, mejoras en la calidad de las clases online, ofrecer servicio psicológico y revisar las tasas a abonar.
Estas y muchas otras propuestas configuran el Libro Blanco sobre el coronavirus. En definitiva, este proyecto no es más que el inicio de un trabajo propositivo y de análisis sobre cómo ha transcurrido la pandemia en aras de mejorar la calidad de vida de todo el mundo.
El equipo multidisciplinar sigue trabajando para recibir nuevas propuestas y visiones desde diferentes ámbitos, en un trabajo poliédrico, coordinado y científico. Creemos firmemente en la necesidad de la transparencia, el debate y el diálogo social.
Maitane Picaza Gorrotxategi, Doctora en educación, Departamento de Didáctica y Organización Escolar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea; Amaia Eiguren Munitis, Docente del departamento de Didáctica y Organización Escolar. Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea; Guiomar Perez de Nanclares, Profesora asociada al departamento de Bioquímica y Biología Molecular, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea; María Dosil Santamaría, profesora laboral interina en el Departamento de Métodos de investigación y diagnóstico de educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea; Nahia Idoiaga Mondragon, Profesora del Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Facultad de Educación de Bilbao, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea; Naiara Berasategui Sancho, Profesora en el Departamento de Didáctica y Organización escolar, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea; Naiara Ozamiz Etxebarria, Profesora adjunta en el Departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Facultad de Educación, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea y Ugo Mayor, Ikerbasque Research Professor. Biochemistry, Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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