Roosegaarde reivindica el derecho a ver estrellas sin contaminación lumínica
Roosegaarde siempre ha jugado con la luz como figura central de sus proyectos artísticos.
La Haya.- Para el artista neerlandés Daan Roosegaarde, ver las estrellas es “un derecho” de la humanidad, pero la contaminación lumínica tiene al 80% de la población mundial desconectada del universo. Por eso, ha pedido a toda una ciudad en Países Bajos apagar las luces y mirar al cielo.
Sus proyectos siempre han buscado que la gente sienta “curiosidad” y “admiración” y ver las estrellas “no es diferente en este sentido”, en especial porque “vivimos en un mundo donde estamos aislados y desconectados de nuestra comunidad y de lo que nos rodea”, explica en una entrevista ante el lanzamiento este martes del nuevo proyecto en Países Bajos.
Roosegaarde siempre ha jugado con la luz como figura central de sus proyectos artísticos en entornos urbanos, y esta vez las luces deben apagarse para “ver las estrellas”, una práctica que UNESCO Países Bajos, que colabora en este proyecto, tiene como objetivo reconocer como un “patrimonio universal”, asegura su representante neerlandesa, Kathleen Ferrier.
Cada noche tenemos una actuación de luces en nuestro cielo, las estrellas, y no las vemos por la contaminación lumínica. ¿Qué pasaría si, junto a ciudades, municipios y residentes, apagamos las luces (artificiales) una noche? Recuperaremos las estrellas como una sensación de admiración y conexión a algo que siempre ha estado ahí pero no vemos”
Dice Roosegarde.
Conexión entre personas
La idea llevaba dando vueltas por su cabeza unos tres años, y la pandemia y su aislamiento social han hecho más obvia la necesidad de una “conexión entre las personas” dentro de las restricciones para frenar los contagios, por lo que formó equipo con vecinos y autoridades de la ciudad frisia de Franeker para apagar las luces en una ciudad que siempre ha admirado la astronomía y es hogar de un planetario mecánico del siglo XVIII.
Las ideas “simples son siempre las más complicadas de ejecutar”, dice Roosegaarde sobre este proyecto, bautizado "Seeing Stars" ("Viendo estrellas", en inglés), y explica que está desarrollado en “colaboración cercana” con la gente que vive en Franeker, porque “todos tienen que estar de acuerdo, cerrar las cortinas, garantizar la seguridad (en las calles)”.
La idea es que la gente pueda observar las estrellas delante de la puerta de su casa, o en un parque, para evitar aglomeraciones y violar las reglas de distanciamiento social, pero cuando “estas parado en la calle y ves desde la distancia como otros vecinos también miran al cielo, se convierte en una experiencia colectiva”.
Apagón durante la noche
En torno al 80-90% de la luz que se ve por la noche es “innecesaria” y es la que busca “abordar” este artista neerlandés, apagándola de forma controlada “a cambio de recuperar algo con lo que estamos desconectados”, por lo que la idea es viajar con este apagón durante una noche a ciudades como Leiden, Venecia, Estocolmo, Reikiavik y Sídney.
Las luces artificiales se pueden “rediseñar” para garantizar que haya “luces funcionales” por la seguridad de la ciudades, enfocadas hacia abajo para no crear contaminación lumínica, y separarlas de las “luces innecesarias” que se puedan apagar para poder llevar a cabo iniciativas como Seeing Stars cada año fácilmente.
“La luz para mi nunca ha sido decoración sino comunicación en los trabajos que he hecho estos diez años. Las estrellas que vemos tienen de 1 millón a 10 millones de años, y dicen algo sobre de dónde venimos y a dónde vamos. Mirar las estrellas es inmersivo, confrontativo con nosotros mismos, y te hace consciente del significado que tienes como persona”, analiza.
Celebración y comunidad
Apagar las luces y mirar desde la ventana hacia el cielo podría crear “una nueva sensación de celebración y de comunidad”, y, defiende, “todo el mundo tiene el derecho de ver las estrellas y es raro que, de alguna manera, permitamos que esto ocurra en nuestra sociedad, que allá donde vive la gente, no podamos ver las estrellas”.
El dato que reitera Roosegaarde es un “80%” de la población global “desconectada” del universo y eso es “extraño cuando hablamos de ciudades inteligentes, del bienestar de la gente y los animales”, por lo que reivindica la necesidad de “recuperar las estrellas”.
“Raramente miramos hacia arriba en el mundo de hoy. Nuestro mundo está cada vez más cerrado, en nuestra burbuja de redes sociales dentro de nuestras casas, y lo que quiero es abrir nuestra perspectiva. Esto no va sobre añadir cosas (al paisaje) sino quitarlas, quitar las luces. Es el arte de revelar en lugar de agregar cosas”, describe el diseñador.