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¿Sabías que 43% de las mexicanas experimentan ansiedad durante el embarazo?

Una de cada cuatro mujeres puede presentar al menos un trastorno de ansiedad en el embarazo.

Ciudad de México.- Un estudio publicado en la revista European Psychiatry arrojó que una de cada cuatro mujeres presentaba al menos un trastorno de ansiedad en el embarazo y que aquellas que lo habían experimentado tenían casi tres veces más probabilidades de presentar síntomas depresivos postnatales.

La ansiedad durante el embarazo es realmente común; se están produciendo grandes cambios, tanto en el cuerpo como en la vida y las mujeres, además de estar preocupadas por su salud y la de su bebé, piensan en el parto o en el futuro de su hijo en un mundo incierto. O todo lo anterior.

Se realizó un estudio para conocer las experiencias de las madres mexicanas, y a la pregunta “Al experimentar tu embarazo y sus cambios físicos, ¿cómo te sentiste?”, el 43% respondió que ansiosa y el 28% que triste; sólo el 16% dijo que no se preocupó. Esto puede deberse a que el 64% dijo que no tenía la suficiente información sobre los cambios físicos que atraviesa el cuerpo cuando te embarazas.

Los sentimientos después del parto

Después de tener a su bebé el 44% de las mujeres llegaron a sentir agotamiento, el 30% frustración y el 20% tristeza, y casi el 80% se sintió culpable por ello.

Los síntomas pueden sentirse tanto a nivel físico como mental y pueden incluir: Preocupación intensa y sentimientos de terror, aumento del ritmo cardiaco, sensación de irritabilidad, dificultad para concentrarse y recordar cosas, tensión en los músculos que puede causar dolor y/o espasmos, sensación de opresión en el pecho, un "nudo" en la garganta, respiración superficial, problemas para dormir y pensar en el peor resultado posible para cualquier cosa que esté sucediendo en su vida.

Cómo se siente la ansiedad durante el embarazo

A menudo se habla de la ansiedad como un término general, cuando en realidad la historia es mucho más variada. Durante el embarazo puede manifestarse de todo tipo de formas y derivarse de todo tipo de razones.

Aunque tanto la depresión como la ansiedad durante el embarazo pueden ser experimentadas por cualquiera, hay algunos factores que aumentan las probabilidades: Si se ha experimentado ansiedad y/o depresión anteriormente o hay antecedentes familiares de ello, problemas de salud que tenga la madre o el bebé, así como problemas de pareja, económicos o asuntos laborales. Además, los cambios hormonales tienen un impacto en las emociones y sensación de bienestar.

Está bien sentirse nerviosa e insegura, lo importante es contactar a alguien si esto es abrumador: El médico, la familia o amigos.

Efectos de la ansiedad y el estrés

Pero ¿pueden el estrés y la ansiedad perjudicar al bebé? Es complicado, aunque la mayoría de las veces no hay de qué preocuparse. Sentir cierto grado de ansiedad durante el embarazo es normal y probablemente no tendrá un impacto grave en el bebé.

Pero si los síntomas son prevalentes, es importante buscar ayuda, no sólo por la salud del bebé, también de la madre, pues existe la posibilidad de que la ansiedad extrema les afecte a ambos.

Hay investigaciones que han demostrado la relación entre la ansiedad durante el embarazo y complicaciones como el parto prematuro y el menor peso al nacer. Además puede provocar trastornos hipertensivos como la preeclampsia. Por otro lado, algunas investigaciones preliminares sugieren que los altos niveles de ansiedad pueden tener un impacto en el desarrollo del cerebro del bebé.

Maneras de calmar la ansiedad

Calmar la ansiedad durante el embarazo es posible, hay muchas maneras y no es la misma para todo el mundo, pero hay muchos métodos que han demostrado ser útiles. Es importante saber que, aunque estas estrategias pueden ser útiles, no sustituyen al tratamiento médico, si es que lo necesitas.

Algunas buenas opciones son la meditación y el yoga prenatal, hablar con otras madres, que estén pasando por lo mismo; bailar, caminar, nadar, priorizar el descanso, seguir una dieta equilibrada, desahogarse.

No debería sentirse culpa o vergüenza por lo que es una experiencia común. Es necesario normalizar esta conversación, pues cuanto más se hable de ella, más se convertirá en una experiencia compartida y no solitaria. Eso, en sí mismo, puede ayudar a calmar los síntomas.

*Fuente: Peanut

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