Dyker Heights: la atracción brillante de Nueva York
La atracción turística se ilumina desde las 5 de la tarde a la media noche.
Nueva York.- Las calles del barrio Dyker Heights de Nueva York, al sur de Brooklyn tienen un aspecto desértico hasta la cinco de la tarde, que es cuando se iluminan las decoraciones navideñas, por lo que la zona se ha convertido de una de las atracciones más visitada de la ciudad.
Poco antes de que se enciendan las luces, los policías de tráfico se acomodan en distintos cruces para intentar ordenas a los visitantes que recorren el lugar hasta la media noche, que es cuando se apaga todo.
Los grupo turísticos se detienen en las residencias más iluminadas, como la casa de Lucy Spata, que en los 80's decidió recargar la decoración, contagiando cada vez más y más a sus vecinos, hasta convertir el vecindario en un destino turístico.
El gusto de los turistas
"Hemos estado en el distrito financiero, el High Line, Central Park, la Quinta Avenida y el puente de Brooklyn y, hoy, aprovechando la decoración de Dyker Heights, que habíamos leído que valía mucho la pena venir, hemos aprovechado para venir", segura Joaquín Sanchís ante la casa de Spata.
Sanchís, un turista español que viaja con su familia, asegura que habían visto "algunas fotos" antes de visitar el barrio, pero estas -agrega- no hacen justicia a la realidad.
No te imaginas que sea así, con tal cantidad de decoración, luces, muñecos... Es impresionante, está muy chulo"
Zanja.
Desde nacimientos, ángeles, renos, duendes, osos polares, muñecos de nieve y todo tipo de figuras iluminadas, decoran las casas y los desvánes, y los troncos y ramas de los árboles.
Luz y brillo
"El tema (de mi casa) es el brillo", explica Frank Mangano ante la fachada de su vivienda de dos plantas decorada con miles de luces y que está coronada por cinco ángeles blancos con alas doradas que tocan sendas trompetas sobre la palabra "cree".
Mangano, que este año le dedica la decoración a su padre, recién fallecido, explica que quiere transmitir el mensaje de que "vendrán días mejores, días más brillantes. Así que todo el tema de la casa es el brillo, muy brillante, brillo".
Se mudó al barrio en 2011 y, desde entonces, no ha pasado un año sin que decore su fachada, que a las cinco de la tarde se enciende con la energía de un amanecer.
"Me preguntan mucho (por el precio de la factura de la luz) y no es tanto como la gente piensa, principalmente porque usamos un tipo especial de iluminación e iluminación LED. Así que, más o menos, la factura de electricidad se duplica durante el mes", dice sin ofrecer una cifra concreta.
Afluencia del público
La afluencia de público no solo ha forzado el refuerzo de los agentes de tráfico, sino que ha atraído a vendedores ambulantes de productos navideños y puestos de comida como el de Antonio, que abre su remolque-restaurante a partir de la siete para ofrecer dulces, hamburguesas, tacos o burritos.
También hay marcas de ropa, que no dudan en alquilar los jardines de alguna residencia del lugar para celebrar eventos promocionales de una noche. E incluso, varias casas aprovechan la decoración para recaudar fondos para alguna causa caritativa.
No todo es alegría
Mientras Mangano sostiene que los vecinos de su calle no solo no se quejan, sino que la mayoría se entrega como él a esta tradición navideña, algunos residentes de la zona, como Laureen no acaban de ver con buenos ojos el flujo de visitantes y la basura y el tráfico que asegura los acompaña.
"Llevo 25 años siendo testigo de esta temporada tan ajetreada que parece atraer a mucha gente simpática. Cada año añaden algo, este año canastos para tirar la basura, que era un gran problema al principio por los desperdicios que se tiraba. Pero todo el mundo parece muy feliz", apunta Laureen, no sin cierto sarcasmo, mientas pasea a su perro antes de que caiga el sol y se resquebraje la calma.
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