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Dermatitis atópica: síntomas y cómo tratarla

La dermatitis atópica afecta entre el 20% y 30% de los niños.

Tijuana BC.- Cada 14 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Dermatitis Atópica, una enfermedad no contagiosa que afecta tanto emocional y socialmente.

Dicha conmemoración tiene la finalidad de concientizar y sensibilizar a la población sobre el impacto social, laboral y anímico que conlleva.

Si bien, la dermatitis atópica es una enfermedad crónica de la piel que principalmente afecta a niños, aunque también se puede presentar en adultos.

¿Qué causa la dermatitis atópica?

Esta afección se considera de origen multifactorial, por lo que se estima que hay distintas causas que contribuyen a su desarrollo.

Entre ellas, se recoge la predisposición genética, es decir, antecedentes de enfermedades alérgicas como rinitis, dermatitis, asma, entre otras.

Por otro lado la disfunción inmunológica puede influir, ya que el sistema inmunológica de la piel tiende a reaccionar de forma exagerada a irritantes y alérgenos.

Finalmente se le atribuye a factores ambientales, como la exposición a alergenos como el polen, ácaros del polvo, productos químicos irritantes, o polvo, que pueden empeorar los síntomas en personas con predisposición genética.

Los síntomas de la dermatitis atópica

Los síntomas de la dermatitis atópica pueden variar de entre leves a graves, dependiente de cada paciente y el estado en el que se encuentre, aunque se pueden recoger los siguientes.

  • Picazón intensa:
  • Erupción cutánea
  • Piel seca y escamosa:
  • Enrojecimiento:
  • Ampollas o costras:

¿Cómo tratar la dermatitis atópica?

El tratamiento para aliviar la dermatitis atópica tiene el objetivo de prevenir brotes y aliviar los síntomas, y aunque cada paciente puede tener distintas necesidades, generalmente consiste en lo siguiente.

Hidratación: Aplicar regularmente una crema o ungüento humectante en la piel para mantenerla hidratada.

Corticosteroides tópicos: Los médicos pueden recetar cremas o ungüentos con corticosteroides para reducir la inflamación y la picazón durante los brotes.

Antihistamínicos: Pueden utilizarse para ayudar a controlar la picazón y mejorar el sueño.

Evitar desencadenantes: Identificar y evitar los factores que desencadenan los brotes, como alérgenos o irritantes.

Tratamientos inmunomoduladores: En casos graves o resistentes al tratamiento, se pueden considerar medicamentos inmunomoduladores como inhibidores de la calcineurina.

Terapia de luz: La fototerapia con luz ultravioleta controlada médicamente puede ser efectiva en algunos casos.

Recuerda que para obtener un mejor tratamiento y un diagnóstico adecuado, se debe acudir con un especialista para tratar la afección.

Por lo que si se presentan algunos síntomas o existe la duda sobre padecer dicha afección, es necesario acudir al médico para que realice una evaluación profesional.

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